La presión arterial baja, también conocida como hipotensión, ocurre cuando la sangre circula a través de los vasos sanguíneos con menos presión de lo habitual.
Esto provoca que los valores de la presión se encuentren por debajo del rango considerado normal. Generalmente, los niveles normales de presión arterial están entre 90/60 mmHg y 120/80 mmHg.
En situaciones graves, la hipotensión deriva en un estado de shock, provocado por una pérdida considerable de sangre, una infección severa, un infarto o una reacción alérgica extrema como la anafilaxia.
Otro tipo de hipotensión es la ortostática. La caída en la presión sucede cuando se pasa de estar acostado a ponerse de pie, pero suele durar solo unos momentos.
Entre los síntomas más comunes de la presión baja se encuentran:
•Confusión
•Mareos
•Desmayos
•Fatiga
•Visión borrosa
•Dolores de cabeza
•Náuseas
El padecimiento se trata de acuerdo con los síntomas, sin embargo es recomendable aumentar la ingesta de líquidos para evitar la deshidratación, ajustar los medicamentos que afectan la presión arterial o, en algunos casos, tomar medicación para elevarla.