El operador de la central nuclear japonesa de Fukushima anunció el lunes que esta semana enviará una sonda al interior de un reactor averiado, para llevar a cabo una prueba de eliminación de residuos radioactivos.
La Tokyo Electric Power Company (Tepco) pretende recoger una muestra minúscula de las 880 toneladas de residuos radiactivos que habría dentro de los reactores de la central nuclear que se vio afectada por el tsunami del 11 de marzo de 2011.
La empresa calcula que la sonda tardará una semana en llegar a los residuos radiactivos. En septiembre regresará con la muestra, que se estudiará para obtener pistas sobre el estado de los reactores y su contenido peligroso, una etapa crucial de cara a la clausura de la central nuclear.
Con la clausura de una central, se busca que el desmantelamiento y la gestión de los residuos se pueda hacer de forma segura y eficaz, sin efectos nocivos para el medio ambiente.
La retirada de los residuos es el desafío más importante que presenta el proyecto de clausura de la central. Las faraónicas obras de descontaminación y desmantelamiento de la central tomarán décadas.
Tres de los seis reactores de Fukushima estaban en funcionamiento cuando se formó el tsunami, el 11 de marzo de 2011, que impactó en la central, destruyendo los sistemas de refrigeración en lo que fue la peor catástrofe nuclear desde Chernobil.
En tres unidades de la central de Fukushima, el combustible y otros materiales se fundieron y se solidificaron en “residuos de combustible” altamente radioactivos.
Japón empezó hace casi un año a verter las aguas usadas de la central accidentada al océano pacífico, con el visto bueno del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA).
La medida derivó en una querella diplomática con China y Rusia, que prohibieron las importaciones de productos del mar, pese a que Japón insiste en que el vertido no representa ningún peligro.