Luego de que el domingo fuera localizado el cuerpo del sacerdote Isaías Ramírez, en el fondo de un barranco en Zapotlanejo, el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro Ramírez, señaló que hasta el momento no hay huellas de violencia en los restos.
“Está terminándose ese trabajo (causa de muerte), no quiero adelantar un juicio(…). Entonces vamos a ver qué pudo haber sido”, explicó.
Reveló que todavía trabaja el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses en el cuerpo del sacerdote, debido a que presenta golpes porque fue hallado en un barranco, pero reitera que no tiene signos de haber sido privado de la vida.
El padre Isaías fue reportado como desaparecido el pasado sábado, luego de que el 15 de agosto fuera visto por última vez en Guadalajara.
Tras un operativo de búsqueda, fue localizada su camioneta en el Puente de San Fernando, el mismo sábado, y tras la búsqueda, el cuerpo fue encontrado el domingo.