El gobernador de Minnesota, Tim Walz, fue oficialmente nominado como candidato a la presidencia de los Estados Unidos por el Partido Demócrata, acompañado en la fórmula por la vicepresidenta Kamala Harris. La nominación fue anunciada durante la Convención Nacional Demócrata, que se llevó a cabo en Chicago, donde Walz expresó su gratitud por la confianza depositada en él por los delegados.
En su discurso de aceptación, Walz aprovechó para criticar a su oponente republicano, J.D. Vance, señalando que, aunque sus compañeros de clase no asistieron a Yale, como es el caso de Vance, fueron personas de bien y buenos vecinos. Este comentario subrayó las diferencias entre su enfoque populista y el elitismo que, según Walz, representa Vance.
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Uno de los momentos más emotivos de la convención fue cuando antiguos estudiantes de Walz, quienes lo conocieron en su etapa como profesor, subieron al escenario para elogiar su impacto positivo en sus vidas. Estos exalumnos destacaron el apoyo incondicional que recibieron de Walz, lo que, según ellos, influyó significativamente en su desarrollo personal y profesional.
Durante su intervención, Walz relató cómo dos de sus estudiantes lo inspiraron a postularse para el Congreso, donde logró una victoria en un distrito tradicionalmente republicano. Esta anécdota subrayó su capacidad para conectar con la gente común y su compromiso con el servicio público.
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Walz se describió a sí mismo como “una persona real que puede hacer una diferencia real”, destacando su compromiso con la defensa de la Seguridad Social, los derechos reproductivos y la educación pública. Asimismo, enfatizó su posición como preferido del ala progresista del partido, reafirmando que tanto la sanidad como la vivienda son derechos humanos fundamentales.
La aceptación de Walz como candidato demócrata marca el inicio de una contienda electoral que promete ser intensa, con dos visiones del futuro de Estados Unidos claramente diferenciadas.
CSAS