Romulus regresa a la franquicia a sus días de gloria

 

“En el espacio nadie puede escuchar tus gritos”. Así fue como se promocionó este clásico de 1979, Alien, del aclamado director de acción y ciencia ficción Ridley Scott. En ella se nos narra la historia de lxs tripulantes de la misión espacial Nostromo para encontrar vida en otros planetas, pero se les presenta con la ingrata sorpresa de un siniestro alienígena a bordo, con el objetivo de terminar con las vidas de estos personajes. Durante el largometraje se introduce el concepto de terror cósmico, del miedo a lo que se puede encontrar en el espacio sideral.

Mientras muchas cintas, como E.T., nos muestran a los extraterrestres como seres amigables e incomprendidos, o a los seres humanos como los verdaderos monstruos, aquí se responde a aquel miedo a lo desconocido, y a que las criaturas de otros planetas sean realmente una amenaza mortal.

El concepto logró convertirse en un icono tanto del terror como de la ciencia ficción, y podría decirse que cineastas contemporáneos como Jordan Peele y su cinta Nope se inspiraron en las historias de Scott. Aunque claro, no podemos hablar de terror en ciencia ficción sin mencionar a H.P. Lovecraft, uno de sus patriarcas. Sin embargo, Alien sin duda popularizó el género. Y tal éxito se ha tratado de replicar desde entonces.

Tenemos la secuela de James Cameron, Aliens, de 1986, con una premisa igualmente exitosa pero con tintes más de película de acción que de horror espacial. Ahí también se logró éxito crítico y comercial.

Sin embargo, las siguientes secuelas no han corrido la misma suerte. Pero la industria persiste en revivir la perspectiva particular del universo de Alien.

Lo cual nos lleva a Romulus, dirigida por Fede Álvarez y que parece haber regresado a esta saga a sus principios, al relatarnos lo que sucede cuando hay una expedición para investigar los restos de la nave espacial Nostromo, aquella misión del clásico que dio inicio a todo. Con 80% de aprobación del sitio de reseñas Rotten Tomatoes, la novena cinta parece sí dar en el clavo a la fórmula.

Cabe preguntarse, ¿por qué tanta insistencia? Como audiencia, estamos acostumbradxs a ver el espacio como una fábrica de sueños. Sin embargo, también es importante recordar el lado oscuro de nuestra ambición por el conocimiento, y el peligro de tratar de manipular fenómenos fuera de nuestra comprensión. A veces es mejor quedarse con la duda.

 

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