Fiscales estadounidenses presentaron una acusación reformulada contra Donald Trump, centrada en su presunto intento de alterar el resultado de las elecciones presidenciales estadounidenses de 2020, en las que fue derrotado por Joe Biden. La nueva acusación conserva los mismos cuatro cargos que la anterior, pero incorpora un fallo reciente de la Corte Suprema que otorga a los expresidentes una amplia inmunidad frente a procesos penales por actos oficiales.
El documento reformulado reduce la extensión del original, eliminando secciones que podrían verse afectadas por la sentencia del máximo tribunal, integrado mayoritariamente por magistrados conservadores. Sin embargo, mantiene la esencia de las acusaciones, señalando que el líder republicano, a pesar de haber perdido las elecciones, “estaba decidido a permanecer en el poder” e intentó modificar los resultados.
El fallo de la Corte Suprema, emitido en julio, establece que un expresidente tiene amplia inmunidad frente a procesos penales por actos oficiales realizados durante su mandato, pero puede ser procesado por acciones no oficiales.
El magnate inmobiliario, por su parte, calificó la nueva acusación como un “acto de desesperación” y la describió como parte de una “caza de brujas” en su contra. A través de su plataforma Truth Social, criticó al fiscal especial Jack Smith, responsable de los cargos, y exigió la desestimación del caso.
La reformulación de la acusación plantea interrogantes sobre el calendario judicial, ya que estaba previsto que en tres días el fiscal especial y los abogados del empresario neoyorkino presentaran un cronograma para los procedimientos previos al juicio. Además, se desconoce si la jueza Tanya Chutkan, quien preside el caso, mantendrá la vista preliminar programada para el 5 de septiembre.
El candidato republicano es acusado de conspirar para defraudar a EU y obstruir un procedimiento oficial, en referencia a la sesión del Congreso del 6 de enero de 2021, interrumpida violentamente por sus simpatizantes.