Miles de personas dieron ayer en Montevideo el último adiós al joven futbolista del club Nacional de Uruguay Juan Izquierdo, fallecido en Brasil tras sufrir una crisis cardíaca en pleno partido de la Copa Libertadores, una tragedia que acongojó a la región.
Izquierdo, de 27 años, murió el martes tras permanecer cinco días en terapia intensiva en la capital paulista.
“Se nos fue un guerrero”, dijo Carlos Santurio, de 79 años, que estaba entre los hinchas de Nacional que fueron a despedirlo.
“Perdimos un soldado en batalla”, apuntó Bruno Haedo, un empleado de 29 años.
Un respetuoso silencio, interrumpido solo por intensos aplausos, se adueñó de las inmediaciones y de la sede del Club Nacional de Fútbol, donde los restos del futbolista fueron velados hasta las 16H00 GMT tras arribar horas antes en un avión militar uruguayo.
Entre lágrimas e incredulidad, personas de todas las edades, desde niños pequeños hasta ancianos con bastón, desfilaron frente al féretro ubicado en un salón repleto de arreglos florales enviados en su mayoría por colegas y clubes, constató AFP.
También se hizo presente una delegación de Peñarol, archirrival de Nacional, integrada por sus jugadores de mayor ascendencia, su presidente Ignacio Ruglio, su DT Diego Aguirre y dirigentes.