Parece ser que a los consejeros electorales del INE ya no les preocupa que el gobierno quiera “destazar’’ al organismo, como ordenó hace meses Adán Augusto López, en su calidad de secretario de Gobernación, a la bancada de Morena en el Senado.

 

Morena no incluyó al INE en su iniciativa para desaparecer los organismos autónomos y hasta dejó que la iniciativa de reforma electoral se pudriera para que se presente otra, pero en esta legislatura.

 

Ya se verá en la asignación del presupuesto para el próximo año, si el INE recibe la bendición de la 4T y los consejeros dejarán de preocuparse por su futuro, o si fueron engañados con cuentas de vidrio.

 

Lo mismo para el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, que tiene ya la promesa de no se tocado por la reforma al Poder Judicial sino hasta el 2027, lo que le daría 3 años de prórroga a los magistrados Felipe de la Mata y Reyes Rodríguez Mondragón, que concluyen su periodo el 31 de octubre.

 

Pero no piensen que por ello votaron a favor de la sobrerrepresentación de Morena en el Congreso.

 

No lo haga.

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Para todos los que se preocupan por quién será el tercer judas que se venda con Morena para que el partido presidencial tenga la mayoría calificada en el Senado, pierden el tiempo.

 

La explicación es sencilla.

 

Morena requería de tres votos para lograr la mayoría calificada; ya tiene dos (los traidores del PRD) y todos piensan que estaría a la caza de uno.

 

Pero no es así; de hecho, ya ni les preocupa por una razón.

 

El reglamento del Senado dice que, si acuden los 128 legisladores a una sesión, la mayoría calificada requiere de 86 votos.

 

Pero es rarísimo que en una votación acudan los 128, porque siempre habrán tres, cuatro o cinco, que por diversas causas, no acudan o se ausenten al momento de emitir su sufragio.

 

Así que, jugando con las estadísticas, Morena solo esperaría que a alguno de los diputados de oposición se le fuera el vuelo, se le ponchara una llanta, le diera Covid, de esas cosas que pasan.

 

Y sí, pasa los días de votaciones.

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La versión sin confirmar de la posible detención del tercer hijo del Chapo’ Guzmán, Iván Archivaldo Guzmán, desató un enfrentamiento entre militares y civiles en las afueras de Culiacán.

 

Hasta el cierre de este espacio, ninguna autoridad había confirmado la especie, que surgió de las redes sociales de los sinaloenses, mientras que la versión del gobernador Rubén Rocha Moya fue que los militares fueron agredidos por civiles mientras realizaban un recorrido de vigilancia.

 

Si lo hubieran detenido, sería un trofeo que bien podría presumir este gobierno.

 

¿O no?

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De pena ajena el comportamiento de la senadora Lucía Trasviña que no tuvo empacho en empujar a la también senadora Lilly Téllez cuando ésta se preparaba para emitir su voto para la conformación de la Mesa Directiva del Senado.

 

Trasviña no se ha caracterizado nunca por sus buenos modales, pero cuando se busca en el Senado un acuerdo de civilidad política, sus “modos’’, diría López Obrador, más parecen de vecindad que de una legisladora.

 

Por cierto, en su toma de protesta como presidente de la Cámara alta por el próximo año, Gerardo Fernández Noroña dijo que sin las reformas impulsadas por la 4T, un “plebeyo’’ como él nunca hubiera accedido al cargo.

 

Nomás que los plebeyos no se sientan en las mesas de los mejores restaurantes, ni ocupan las salas premier en los aeropuertos ni compran la despensa en el City Market.

 

Solo para precisar.

 

     @adriantrejo