Algunos grupos conservadores están deseando que los capos del Cártel de Sinaloa que están en cárceles estadounidenses sean la pista que pueda llevar a la supuesta o presunta estructura del narcotráfico en el espacio político del Gobierno del presidente López Obrador.

Pero expertos en relaciones bilaterales estratégicas lo consideran como un escenario prácticamente imposible de conseguir porque México no es sólo el vecino distante ni nada más otro país cualquiera, sino un factor de estabilidad militar, geoestratégica, de seguridad nacional de EU que ningún otro país tiene como condición de origen, ni siquiera el régimen nazi a mediados del siglo pasado o el régimen comunista soviético o ahora la amenaza China.

En ese contexto, EU parece haber definido su política hacia México en el escenario de contención de extremos: los ideológicos como la revolución cubana y ahora los gobiernos de Nicaragua y Venezuela, los económicos que revelan que el Tratado comercial ha beneficiado más a Estados Unidos y que está sostenido por los hilos muy delgados de la inestabilidad económica y productiva mexicana, los sociales con casi 20 millones de mexicanos legales, ilegales o flotantes y los políticos porque México tiene una enorme capacidad relativa de autonomía para tener reacciones radicales en caso de que Estados Unidos quisiera invadirlo con marines o derrocar al Gobierno mexicano en turno.

Sin ir muy lejos, se puede decir que el Gobierno de Estados Unidos sólo está buscando tener el control sobre todo del Cártel de Sinaloa, porque es el encargado de todo el tráfico de fentanilo, que no tiene en su agenda ningún interés en tumbar o arrestar a algún gobernador que pudiera estar protegiendo a cárteles y que la estructura de seguridad estadounidense no tendría capacidad para una reacción negativa de México ante cualquier intento de arrestar políticos.

Desde el caso del general Cienfuegos, EU está como aquella persona que después de haberse quemado con la leche hasta al jocoque le sopla.

 

Zona Zero

  • Varios analistas están preguntando en estos tiempos de ofensiva estadounidense por qué Washington no tiene al Cártel Jalisco Nueva Generación en su agenda prioritaria, cuando menos con la misma intensidad con la que ha perseguido a los capos de Sinaloa. El CJNG es el segundo cártel que tiene el control del crimen organizado en Estados Unidos, después de Sinaloa, aunque los de Jalisco no tienen por ahora la prioridad de tratar de sustituir a la banda de El Chapo.

 

(*) Centro de Estudios Económicos, Políticos y de Seguridad.

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