No tiene ningún sentido aplicar los criterios habituales de análisis de un informe de gobierno presidencial cuando estamos ante un personaje que no ha tenido el comportamiento de un Presidente y en la antesala de una más profunda ruptura del orden democrático que conocemos.

Lo que escuchamos el domingo en el Zócalo no tiene márgenes de análisis o de comparación con otros momentos de la historia de este siglo en México.

Porque hoy estamos en un país en el que sus autoridades ya no rinden cuentas y enfrentamos el último aliento de una nación con división de poderes.

Lo que vimos el domingo fue el éxtasis del populismo que muda sus herramientas de hipnosis discursiva de un personaje carismático hacia instrumentos de control autoritario avalados por las leyes locales, lo que impide reclamos internacionales.

Más allá del derroche populista de la plaza, dos hechos del fin de semana resultaron más emblemáticos del pobre momento que vive este gran país llamado México.

El primero, fue la forma artera como el Tribunal Electoral de la Ciudad de México anuló la elección de Alessandra Rojo de la Vega como alcaldesa de Cuauhtémoc con el argumento de violencia política de género en contra de Catalina Monreal.

¡Qué más violencia política de género que el trato abusivo de Andrés Manuel López Obrador a Xóchitl Gálvez! Lo que queda claro es que los cercanos al régimen se pueden apropiar de todo el poder sin límites y el descaro del tráfico de influencias.

El segundo, fue la forma poco ética y en contra de cualquier práctica institucional en la que Luisa María Alcalde, quien ocupa el puesto de secretaria de Gobernación, presentó los documentos correspondientes al 6to Informe de Gobierno.

La presidencia misma le llama 6º Informe de Gobierno al mensaje político que dio López Obrador en un templete de la Plaza de la Constitución, pero, tanto la arenga política del domingo como el documento presentado al congreso estuvieron llenos de datos no verdaderos y mentiras descaradas.

¿Cuál es la diferencia? Veamos, en el larguísimo texto del Informe del estado general que guarda la administración pública del país, dice que el Inegi reportó en el primer trimestre de este 2024 un Producto Interno Bruto en niveles máximos históricos, con cifras ajustadas por estacionalidad. Eso es faltar a la verdad.

México tiene un sistema de salud mejor que en Dinamarca, esa es una mentira descarada.

Pero, de verdad, todo eso es intrascendente ante lo que estamos viviendo en este mes de transición de un México democrático, afectado y dolido por el descarado populismo lopezobradorista, a un México controlado por un régimen autoritario en vías de expansión.

El López Obrador del domingo y de estos últimos 27 días del tiempo constitucional de su mandato no corresponden a un Presidente que esté preparando su salida. Las instrucciones que descaradamente da a la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, parecerían preparar un segundo mandato, él no permite otra interpretación.

El sexto informe de gobierno de Andrés Manuel López Obrador sólo coincide con una fecha histórica de México, cuando la falta de controles y de equilibrios en la vida pública de este país marcarán, sin duda, un antes y un después para la nación.

 

    @campossuarez