La Organización de las Naciones Unidas (ONU), advirtió sobre el “grave” deterioro de los derechos humanos en Nicaragua desde el 2023.
Mediante un informe, la Oficina de Derechos Humanos del organismo, reveló que existe un aumento alarmante en las detenciones arbitrarias, los malos tratos y persecución a todos los “percibidos como disidentes” por la administración del presidente del país, Daniel Ortega.
El informe detalló que “las autoridades continúan persiguiendo no sólo a quienes expresan opiniones disidentes, sino también a cualquier persona u organización que actúe de forma independiente o que no esté directamente bajo su control”.
“Esto incluye personas defensoras de derechos humanos, medios de comunicación independientes, organizaciones no gubernamentales”, agregó. El documento, el cual se basó en 120 entrevistas y testimonios, abarca el periodo desde junio del año pasado hasta el día de hoy.
Además, señaló que en mayo de este año “131 personas consideradas como opositoras se encontraban bajo detención arbitraria”. Asimismo, se documentaron 12 casos de tortura y maltratos en detención, así como un aumento en la violencia contra comunidades indígenas y afrodescendientes.
Finalmente, el informe mencionó las restricciones indebidas a la libertad religiosa, entre ellas, la detención arbitraria de 27 sacerdotes y seminaristas católicos y el cierre de numerosas organizaciones religiosas.
Volker Türk, alto comisionado de la ONU, indicó que la aplicación de los derechos civiles y políticos en Nicaragua se está volviendo cada vez más difícil. El comisionado también instó a un cambio urgente en la política gubernamental, aunque reconoció la falta de cooperación entre el gobierno de Ortega y su oficina.
“La crisis multifacética que ha afectado a Nicaragua desde 2018 requiere un cambio urgente de rumbo por parte del Gobierno”, dijo.