Seguridad. El acceso al recinto fue controlado por elementos antimotines, quienes impidieron la entrada tanto a manifestantes como a la población en general.
Foto: Especial | Seguridad. El acceso al recinto fue controlado por elementos antimotines, quienes impidieron la entrada tanto a manifestantes como a la población en general.  

 Lo que debía ser una ceremonia solemne en el Congreso de Quintana Roo, se convirtió en un escenario de tensión y caos. Rodeados de vallas y protegidos por policías antimotines, los diputados de la 18 Legislatura rindieron protesta entre manifestaciones y una lluvia de huevos podridos lanzados por la agrupación 9N.

La sesión constitutiva se realizó con el Palacio Legislativo cerrado, acceso restringido a la prensa y un grupo limitado de invitados especiales. 

Este ambiente contrasta con las promesas de los nuevos 25 diputados por mantener al Congreso como “la casa del pueblo quintanarroense”.

Desde la madrugada, diversas agrupaciones se apostaron a las afueras del recinto para manifestarse. Entre los inconformes se encontraban colectivas feministas del 9N de Cancún, activistas lideradas por la abogada Fabiola Cortés, madres buscadoras y trabajadores del Poder Judicial federal.

Las protestas se tornaron más tensas cuando algunos manifestantes recibieron a los legisladores a huevazos, mientras  ingresaban por el estacionamiento, protegido con vallas y agentes.

A PUERTA CERRADA

Los grupos reunidos reclamaron a los nuevos legisladores un compromiso real con sus causas y una mayor apertura en el diálogo con la ciudadanía.

La sesión constitutiva de la 18 Legislatura, que marca el inicio de un nuevo ciclo en la política local, quedó empañada por el descontento social y las barreras físicas que distanciaron a los representantes electos de los ciudadanos que, desde fuera, pidieron ser escuchados