En Francia, 51 hombres van a juicio, tras el caso de una mujer que fue drogada en múltiples ocasiones para ser violada.
El pasado 2 septiembre en Aviñón, una pequeña ciudad al sureste de Francia, el Tribunal de lo Criminal de Vaucluse llevó a cabo uno de los juicios más perturbadores en la historia reciente del país.
Esto luego de que Dominique Pelicot, un varón de 71 años, se presentó ante el tribunal junto con otros 50 hombres, quienes fueron acusados de participar en las violaciones sistemáticas hacia Giséle Pelicot, una mujer de 72 años, quien durante casi 10 años fue drogada y ofrecida a decenas de desconocidos, mientras permanecía inconsciente en su propio hogar.
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Los acusados forman un mosaico de la sociedad francesa, pues se encuentran: camioneros, soldados, carpinteros y obreros, un guardia de prisiones, un enfermero, un experto en informática que trabaja para un banco y un periodista local, cuyas edades oscilan entre los 26 y los 74 años.
De acuerdo con los reportes, algunos de los sujetos, que fueron identificados gracias a fotografías, videos y mensajes en línea hallados en su computadora, llegaron a abusar sexualmente de Giséle hasta seis veces.
Según lo declarado por el marido, “todos sabían” que su esposa estaba drogada sin su consentimiento. Para la instrucción, “cada individuo disponía de su libre arbitrio” y hubiera podido “partir” al percatarse de la situación.
Por otro lado, se detalló que, los acusados no padecen patologías psicológicas importantes, aunque tienen un sentimiento de “omnipotencia” sobre el cuerpo femenino, según los expertos. Muchos alegan que creían participar en las fantasías de una pareja libertina.
Gisèle, una vida de pesadilla por casi una década
El hombre, quien era exempleado de la compañía de electricidad EDF, administraba a su esposa un fuerte ansiolítico como Temesta y Zolpidem, y los hombres, contactados en el sitio de citas coco.fr –ya cerrado–, tenían la orden de no despertarla.
Otras de las consignas eran no oler a perfume ni a tabaco, calentarse las manos con agua caliente y desvestirse en la cocina, para evitar olvidar prendas en la habitación.
Sin embargo, Gisèle P. se enteró de la terrible situación que vivió a los 68 años, luego de que llevaba años perdiendo pelo y peso y había empezado a olvidar días enteros y a veces parecía estar en trances oníricos, por lo que incluso sus hijos y amigos llegaron a creer que tenía alzhéimer.
Pero a finales de 2020, tras ser citada en una comisaría del sur de Francia, se llevó una aterradora noticia.
Pues Dominique Pelicot, su marido desde hace 50 años, había estado mezclando somníferos en su comida y bebidas para dormirla profundamente, para después ser violada por desconocidos.
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Ante esto, la víctima, quien asegura no tener recuerdos de lo sucedido, y tendrá “momentos muy difíciles” durante el juicio, pero “estima que no tiene nada que ocultar” ni “de lo que avergonzarse”, se divorció de su marido y ha cambiado de apellido desde su detención.
No obstante, declarará el jueves, mientras que los magistrados interrogarán al acusado principal el 10 de septiembre, pues incluso la unidad de casos sin resolver implica al acusado en otros dos: un asesinato con violación en París en 1991, que él niega, y un intento de violación en 1999, que admite tras identificarse su ADN.
CSAS