Cambios. Cobertura en las 16 alcaldías, conectividad con otros transportes y la despedida del boleto magnético, son algunos sucesos que ha vivido el subterráneo.
Foto: Especial | Cambios. Cobertura en las 16 alcaldías, conectividad con otros transportes y la despedida del boleto magnético, son algunos sucesos que ha vivido el subterráneo.  

Con 4 millones de usuarios diarios, un recorrido de 226 kilómetros, 195 estaciones y 12 líneas de servicio que conectan a la Ciudad de México de punta a punta, el Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro cumple 55 años de historia.

Considerado como la columna vertebral de la capital del país, este transporte fue inaugurado el 4 de septiembre de 1969 con la apertura de la Línea 1 (Pantitlán-Observatorio), que en ese entonces corría de Zaragoza a Chapultepec, con 16 estaciones y 12.6 kilómetros de vías.

El arranque de operaciones de la llamada línea rosa marcó un hito en el transporte masivo al facilitar el traslado de la ciudadanía a un bajo costo. Con el paso del tiempo, el gusano naranja amplió su cobertura por las 16 alcaldías, coronándose como uno de los medios más extensos e importantes de Latinoamérica, incluso, del mundo.

El Gobierno de la Ciudad de México hizo un recuento de los cambios y renovaciones que ha tenido este transporte a lo largo de sus 5 décadas y media de existencia para modernizar sus instalaciones y mejorar la experiencia de los usuarios.

Uno de los proyectos insignia que resalta la actual administración es Metro Energía, con la nueva subestación eléctrica que alimenta las líneas 1,2 y 3, que son las más longevas de la red y concentran 65 estaciones, las cuales son utilizadas por un promedio de 2 millones de personas al día.

Esta instalación alcanzó una inversión superior a los 5 millones 200 mil pesos y garantiza un abasto seguro del fluido eléctrico para los próximos 50 años.

Con un costo aproximado de 500 millones de pesos, inauguraron el nuevo Puesto Central de Control 1 en el C5, uno más de los proyectos estratégicos para la operación de las líneas 1 a 6.

Estas obras permitieron la transición tecnológica a un sistema moderno para la regulación y control de tráfico de trenes, más eficiente y seguro.

Una obra clave es la modernización de la Línea 1 y con un presupuesto de 37 mil millones de pesos, se hizo el cambio de vía, balasto, iluminación, sistema de peaje y la adquisición de 29 trenes nuevos.

Así como la rehabilitación del tramo San Lázaro Oceanía en la Línea B y las labores de renivelación en la Línea 9.

Se modernizó el sistema de peaje, por lo que la tarjeta de Movilidad Integrada (MI) es el único medio para ingresar al Metro.