En su segundo viaje a China desde 2023, el dirigente socialista español participó el martes en un foro económico en Shanghái tras haberse entrevistado en la víspera con el presidente chino, Xi Jinping, en Pekín.
“España apuesta por una relación con China basada en la apertura y queremos más comercio e inversiones con China” y “queremos también una Unión Europea y una China abiertas al mundo más allá de las realidades geopolíticas y geoeconómicas”, afirmó Sánchez.
“Por esa razón, apostamos por el diálogo honesto para reconducir tensiones existentes que en gran medida son resultado del anuncio de la imposición de aranceles a los vehículos eléctricos chinos”, explicó el jefe de gobierno.
“Lo que propugnamos en definitiva es una solución negociada y acordada en el marco de la Organización Mundial del Comercio que ayude a desarrollar unas relaciones económicas equilibradas, justas y que eviten cualquier tipo de escalada comercial que no beneficiaría a nadie”, continuó. Al frente de la cuarta mayor economía de la Unión Europea y de su segundo productor de automóviles, Sánchez visita China en medio de fuertes tensiones comerciales entre Bruselas y Pekín.
El mes pasado, el brazo ejecutivo de la Unión Europea inició una serie de procedimientos contra el gigante asiático, el más sensible enfocado a los vehículos eléctricos chinos vendidos en sus mercados.
La Comisión Europea anunció entonces su decisión de aumentar durante cinco años los aranceles a estos productos procedentes de China, incluidos los del fabricante estadounidense Tesla, que tiene una planta en Shanghái.
China respondió con la apertura de investigaciones sobre prácticas comerciales de la UE consideradas desleales en los productos lácteos y derivados del cerdo.
España es el principal exportador europeo de productos derivados del cerdo a China, con más de 560 mil toneladas exportadas el año pasado, según la organización profesional Interporc.
El lunes en Pekín, Sánchez llamó a “defender juntos un orden comercial justo” y propuso a Xi “resolver las diferencias a través de la negociación, con espíritu de diálogo y colaboración”.
De su parte, el presidente chino expresó su deseo de que “España siga proporcionando un entorno empresarial justo, equitativo, seguro y no discriminatorio para las empresas chinas que invierten y operan en España”.
Los fabricantes chinos de vehículos pusieron el pie en el acelerador y con alternativas que combinan precio y calidad lograron conquistar el mercado no sólo en Europa sino también en América Latina, rebasando a Estados Unidos y Brasil.
En los últimos cinco años, China cuadruplicó las ventas en Latinoamérica.