El Museo Metropolitano de Nueva York expone a partir del próximo jueves la historia del grabado en México, una expresión fundamental de la identidad artística y de la historia del país para abordar problemáticas sociales, políticas y educativas.
Nombres como José Guadalupe Posada, Diego Rivera, José Clemente Orozco y Leopoldo Méndez, son algunos de los artistas que integran la exposición Mexican Prints at the Vanguard (Grabados Mexicanos en la Vanguardia), proveniente de los ricos fondos de la famosa pinacoteca neoyorquina.
La exposición explora a través de 130 xilografías, litografías y serigrafías la historia cultural, social y política de México con esta forma de expresión que empezó a mediados del siglo XVI, con estampas para la ilustración de libros o con fines religiosos, y que sigue siendo una vía de expresión artística en el país todavía hoy.
“Es una impronta de México, una industria, una historia”, resume el curador Mark McDonald. Diarios, panfletos, afiches. Cualquier soporte servía para mandar mensajes políticos –alertando del fascismo en los años 1930–, sociales como los peligros del alcohol para la salud, en particular para los menores; satíricos, historias de amor, canciones, y pedidos de ayuda para los refugiados. Españoles de la Guerra Civil (1936-39).
“Es la más importante forma de expresión de la sociedad” mexicana, agrega MacDonald, quizás, “porque todo el mundo los entendía”.
EJEMPLARES ÚNICOS E INÉDITOS
Con sus representaciones de esqueletos, Posada contribuyó a establecer una identidad global del arte meXIcano, recuerdan los organizadores.
A mediados del siglo XIX, la caricatura política se convirtió en una poderosa herramienta para defender la libertad de pensamiento.
Después de la Revolución mexicana, el grabado fue el modo de expresión favorito de los artistas para hablar de las preocupaciones sociales y políticas y expresar su resistencia ante el ascenso del fascismo en el mundo.
Los artistas también recurrieron al grabado para reproducir los gigantescos murales de grandes artistas de la década de 1920 y crear carteles para exposiciones, grabados para la prensa popular y portafolios que celebraban la vestimenta y las costumbres mexicanas.
La totalidad de los trabajos provienen de los fondos del MET que, con unas 3 mil obras, alberga una de las mayores colecciones de esta forma de expresión, que va desde el siglo XVIII hasta mediados del XX.
El fondo se inició con las donaciones del artista francés Jean Charlot, quien pasó la mayor parte de la década de 1920 en México, antes de convertirse años después en agente del Museo neoyorquino para adquirir nuevas obras.
Muchas de las piezas expuestas son ejemplares únicos e inéditos, dice McDonald. La exposición que se organiza en seis secciones de forma cronológica a lo largo de tres galerías, entre las que destacan la dedicada a Posada y sus contemporáneos, y la Revolución mexicana, que cinceló al México moderno, y que tuvo un enorme impacto en la sociedad y en la expresión artística, estará abierta a partir de este jueves en NY.
SABÍAS QUE
Aunque los muralistas como Rivera, Orozco, David Alfaro Siqueiros y Rufino Tamayo captaron la atención de esta época, en el período pos revolucionario se produjo un resurgimiento del grabado, convirtiéndose en el medio principal para promover los valores artísticos, sociales y políticos, recuerdan los organizadores.