La gran, gran pregunta que hay que hacer, después de lo ocurrido ayer en el Senado, es si la futura presidenta Claudia Sheinbaum aprueba ese estilo de “negociación’’ de su bancada.

 

Porque si es así, ya podemos prepararnos para un sexenio de abusos, excesos, compadrazgos, amiguismo y terror gubernamental.

 

No hay justificación que le valga a Morena, ni siquiera la aprobación de la reforma judicial, para que, a cambio de quedar bien con López Obrador, hayan acorralado a Miguel Ángel Yunes Linares, a cambio del voto de él o de su hijo, Miguel Ángel Yunes Márquez, cuando el primero está señalado de cometer delitos tan graves como la pederastia.

 

Ahí están los testimonios de la periodista Lydia Cacho en los que da cuenta cómo una víctima de la pandilla que encabezó Jean Succar Kuri, reconoció a Yunes Linares como parte de ella.

 

El mismo Yunes que llamó “loco, vividor, mentiroso’’ a López Obrador y que lo retó a debatir en una plaza pública de Jalapa, ha quedado inmaculado por la transformación de azul a guinda.

 

¿A cambio de qué? Porque los Yunes, no dan paso sin huarache.

 

Yunes Linares traicionó a Roberto Madrazo, luego a Elba Esther Gordillo, gracias a quien llegó a la dirección del ISSSTE; no era raro que pactara con Morena.

 

Y si bien su caso resultó el más emblemático por los antecedentes de la supuesta desaparición de su hijo, Yunes Márquez, otro caso también desató las especulaciones.

 

Fue el del senador de Movimiento Ciudadano Daniel Barreda, de quien se dijo, en las primeras horas del día, que había sufrido la detención de su padre por parte de la Fiscalía de Campeche, al igual que la del coordinador de la bancada naranja en el Congreso local, Paul Arce.

 

El coordinador de los senadores de Morena, Adán Augusto López, aseguró que era mentira que el padre del senador o él mismo estuvieran detenidos, que ya había hablado con el legislador y que estaba en la CDMX y le dijo “que estaba bien’’.

 

Pero se negó a decir en dónde se encontraba el emecista “porque él lo pidió’’.

 

Los únicos que sabían el paradero de Barreda eran el tabasqueño y Gerardo Fernández Noroña.

 

Tanto en la bancada del PAN como en la del MC se da por sentado que Morena, a través de Adán Augusto López, coercionó tanto a los Yunes como a Barreda, que no estuvo en la primera parte de la sesión.

 

Y, como “coincidencia’’, la Comisión de Prerrogativas del INE, que el 8 de este mes había presentado un anteproyecto avalando los cambios a los estatutos del PRI que permitieron la reelección de Alejandro Moreno, dos días después cambió de opinión.

 

La citada Comisión propone invalidar la modificación estatutaria del PRI, que tendrá que ser votada por el pleno del INE.

 

Lo que deja un tufo de complicidad es la coincidencia; el hecho de que el INE, por órdenes de alguien, anunciara su proyecto justo después de que Alejandro Moreno no quiso doblegarse, no pasó desapercibido.

 

Esta forma de “negociación’’ impuesta por Morena, ni siquiera se parece a lo que hacía el PRI de hace 30 años.

 

Las fiscalías como arma del gobierno en contra de opositores y pactar la impunidad de una familia a cambio del voto necesario para la aprobación de una ley, es un precio altísimo que pagará Sheinbaum (y el país con ella), si la próxima Presidenta lo alienta o lo tolera.

 

¿Será que debemos acostumbrarnos a ese tipo de “negociación’’?

 

     @adriantrejo