ORGULLO. Shanni Mora y Rosa Mendoza recibieron, a finales de agosto pasado, el llamado premio Nobel del Agua, en Estocolmo Suecia, de manos de la princesa Victoria, quien elogió su proyecto.
Foto: Especial | ORGULLO. Shanni Mora y Rosa Mendoza recibieron, a finales de agosto pasado, el llamado premio Nobel del Agua, en Estocolmo Suecia, de manos de la princesa Victoria, quien elogió su proyecto.  

Shanni Valeria Mora Fajardo y Rosa Mendoza Sosa son dos jóvenes estudiantes de bachillerato del Valle Central de Oaxaca llenas de ilusiones, como millones de adolescentes; dos mexicanas que se atrevieron a soñar en grande y lo lograron: el Premio Nobel del Agua 2024, que entrega el Gobierno de Suecia. Son un orgullo nacional.

La idea surgió hace más de dos años, era una práctica escolar cotidiana que tenía como fin identificar un problema en su comunidad zapoteca y ayudar en la solución.

Ellas lo detectaron: por su ubicación, Teotitlán del Valle, su lugar de origen, enfrenta una grave sequía, por ende escasez de agua, y que se distingue por la elaboración de tapetes de lana con una técnica ancestral donde se requiere de grandes cantidades del líquido para el teñido del preciado material.

Sus artesanos, dedicados principalmente al tejido de tapetes, requerían de una alternativa que les permitiera su ahorro, de ahí que las chicas, de 16 y 17 años, idearon un filtro casero, basado en elementos naturales como piedra, algodón y agua, que les permitiera reutilizar el líquido en el cultivo de hortalizas.

“Queríamos una solución que los artesanos pudieran comprender, materiales naturales y que fueran una solución sustentable que generara una economía circular dentro de la comunidad.

“Nosotros como que unimos todas estas partes, y con los filtros caseros, reutilizando toda el agua que era desaprovechada. Con nuestro filtro se reutilizan hasta 220 litros por día, 90 por ciento a la semana de lo que se desaprovechaba, pudiendo tener alimentos en huertos familiares; por ahorita estamos en la escuela, pero el proyecto está diseñado como para que se haga a gran escala”, explican.

“La verdad al principio nosotras estábamos muy emocionadas por hacerlo, pero teníamos miedo porque en parte el ver que mujeres indígenas oaxaqueñas iban a participar y con que como le digo el proyecto fue desarrollado de parte de nuestra y nada más, pues entonces, pues tiene un poco difícil como que esta parte de los recursos y todo esto”, señaló Rosa.

Fueron cuatro intensos meses en los que trabajaron para participar: primero en un concurso nacional, despues el Premio Nacional Juvenil del Agua, ganaron el primer lugar, y de ahí pasaron a la parte internacional, donde compitieron con más de 29 países.

Expusieron su proyecto con lo que sabían en inglés, una se aprendió el mensaje y la otra contestó las preguntas.

RECONOCIMIENTO REAL

Atrás quedó el miedo que les representaba una participación de este tipo, confiaron en su proyecto, en ellas y, al final, llegó la recompensa: el Diploma a la Excelencia del Stockholm Junior Water Prize que les entregó la princesa Victoria de Suecia.

“Cuando subimos por el premio, ella estaba muy emocionada porque nos contó que vio todos los videos, pero que el nuestro le gustó mucho, porque pues es esta parte como que tradicional”.

“Es un orgullo impresionante, una motivación(…) que se vea reflejado el esfuerzo que hemos tenido, pues es un orgullo muy grande, no, el llevar a Oaxaca y a México a lo más alto”, señalaron las jóvenes ganadoras.

La familia y su comunidad están muy orgullosos de ellas, y los artesanos se han acercado para mostrarles su confianza y seguir adelante con el proyecto, aunque las autoridades no han tenido contacto aún con ellas.

“Varios artesanos nos están abriendo las puertas, porque ya quieren implementarlo en sus casas(…) para que esta agua que ellos ocupan para este teñido, ya lo puedan este filtrar y utilizarlo para el riego de sus plantas”, dijo Rosa.

Ahora, el sueño continúa. Rosa y Shanni quieren convertirse en ingenieras ambientalistas y seguir con la ayuda a las comunidades indígenas y al planeta.