“Un traidor es un hombre que dejó su partido para inscribirse en otro. Un converso es un traidor que abandonó su partido para inscribirse en el nuestro”
Georges Clemenceau
Parecería que todo lo que ha sucedido alrededor de la reforma judicial se reduce sólo a la traición de los Yunes , eso es un absoluto despropósito. La traición a México no la ejecutó una sola persona ni sucedió la semana pasada ni se circunscribe sólo a la reforma judicial.
Esta traición se gestó desde hace muchos años, con eso que se denomina la 4T, pues paso a paso se han demolido las instituciones del país para debilitar y aniquilar el Estado de Derecho.
El primer objetivo fue condicionar al “pueblo bueno” a recibir, como nunca antes visto, prebendas y becas a costa de un endeudamiento que va a colocar al país en una crisis financiera en el corto plazo. ¿Qué va a suceder cuando esto ya no sea posible? El país está endeudado y empobrecido, pero el pueblo está feliz, viviendo un espejismo de bienestar que no es sostenible. Al tiempo.
El segundo objetivo, cabalmente cumplido, fue dinamitar el sistema de salud y prometer, sin pudor alguno, que seríamos Dinamarca. En el extremo del cinismo el inquilino de Palacio nos dice que esta promesa era una “miga”, y efectivamente es lo que es, una migaja de lo que un día fue un buen sistema de salud. Hoy millones de mexicanos van penando de hospital en hospital en busca de atención médica, medicinas y una atención digna. ¿Qué encuentran? Migas. Enorme traición.
El control mediático ejercido por el régimen ha sido abrumador, de corte casi fascista; repitiendo hasta el hartazgo una y mil mentiras todos los días durante al menos dos horas, lo cual termina por calar hondo.
Pero cuando esto es a costa de la libertad de expresión y de acosar a sus enemigos políticos, reales o ficticios, la situación es otra: la institucionalidad de la autocracia. Nos estamos acostumbrando peligrosamente, casi con indiferencia, a ceder nuestra libertad una y otra vez.
A partir de la mitad del sexenio se le vieron las orejas al lobo, para poder perpetuar a la 4T había que destruir, no transformar, las instituciones ciudadanas que, por su talante democrático, eran el gran enemigo a vencer. El primer objetivo, dinamitar y apropiarse del INE. Misión cumplida casi a la perfección.
Como la corrupción se alimenta de corrupción, había que atraer a todos los corruptos del pasado y aprovechar su experiencia y al mismo tiempo exterminar todo lo que pudiera significar un problema tanto con la transparencia como con las políticas antimonopolio. Hoy ya están sentenciados a su desaparición el Inai, la Cofece, la CRE y otras instituciones que existían para poner freno a los excesos tanto de las autoridades como de muchas empresas dominantes. Todos perdimos.
Entre el arribismo de muchos corruptos del pasado más reciente y con la complicidad de los partidos de oposición se gestó la mayor de las traiciones (por acción u omisión): el triunfo total de Morena en las elecciones que, posibilita la permanencia del régimen y ganar el premio mayor; la destrucción del Poder Judicial y la desaparición del Estado de Derecho. Traición total consumada.
El teatro que hemos presenciado en el Congreso ha sido vergonzoso, no es más traidor Yunez que Marko Cortés, pues la traición de éste se dio cuando eligió a Yunez como senador con lo que ya se sabía tanto de él como de su padre. Me puedo imaginar a todos los morenistas encantados con el espectáculo. Lo mismo va para Alito o para Dante Delgado y su traición en el Estado de México. En esta historia de traiciones no se escapa nadie.
@Pancho_Graue
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