La violencia política en Estados Unidos está transformando el clima electoral a medida que se acercan las elecciones presidenciales. Los recientes intentos de asesinato contra el expresidente Donald Trump agravaron un ambiente ya tenso, en el que los candidatos enfrentan crecientes riesgos de seguridad y la polarización social se intensifica.
El último incidente ocurrió el domingo en Florida, donde un hombre armado fue detenido cerca de un campo de golf del republicano. Este es el segundo intento en pocos meses, y el candidato culpó directamente a la “retórica incendiaria” del presidente Joe Biden y la vicepresidenta Kamala Harris, afirmando que su discurso fomenta el odio en su contra. En su plataforma Truth Social, el magnate afirmó ayer que la retórica demócrata “está provocando que me disparen”.
Este contexto no es nuevo en la política estadounidense, pero desde que el líder conservador asumió el poder en 2017, los ataques y amenazas aumentaron significativamente. El asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021 marcó un punto de inflexión, con imágenes de partidarios republicanos irrumpiendo violentamente mientras legisladores se resguardaban. Las amenazas contra congresistas se duplicaron desde entonces, según datos del Capitolio, reflejando un ambiente de polarización.
Desde entonces, los demócratas criticaron al magnate por fomentar el caos, señalando su negativa a aceptar los resultados de las elecciones de 2020 como un factor clave en el aumento de la violencia.
El temor a más agresiones tras las elecciones del 5 de noviembre es compartido por el 70% de los estadounidenses, según una encuesta de Ipsos. Este temor llevó a las autoridades a reforzar la seguridad en torno a los candidatos. El fiscal general Merrick Garland prometió desplegar “todos los recursos disponibles” para investigar los hechos y prevenir futuros ataques.
El impacto de la violencia política resonó a nivel internacional. Líderes como el presidente ucraniano Volodímir Zelenski, que depende del apoyo militar de Estados Unidos, expresaron su preocupación por las elecciones. Al mismo tiempo, en redes sociales proliferan teorías conspirativas y bulos, lo que agrava aún más la situación.
La creciente violencia está redefiniendo la contienda electoral y afectando la seguridad de los candidatos. Con un país profundamente dividido y en un estado de alerta constante, las próximas semanas serán decisivas para determinar no solo el futuro político, sino también la estabilidad y seguridad de EU.