Líbano sufrió una serie de explosiones simultáneas de bíperes, dispositivos de mensajería de pequeño tamaño, que causaron al menos nueve personas fallecidas y alrededor de dos mil 800 heridos. Hezbolá, el movimiento islamista respaldado por Irán, responzabilizó a Israel de los ataques.
Entre las víctimas fatales se encuentran el hijo de un diputado de Hezbolá y una niña de diez años, quienes murieron por la explosión de dispositivos de familiares. También resultó herido el embajador iraní, Mojtaba Amani, quien se encuentra fuera de peligro.
En Siria, las explosiones también impactaron, al dejar 14 heridos, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, mientras que el Ministerio de Salud libanés reporta que la mayoría de los heridos tienen lesiones graves. Los hospitales en Beirut enfrentan una crisis, con pacientes atendidos en estacionamientos y donaciones de sangre en medio del caos.
Según un reporte del New York Times, Israel ocultó detonantes en piezas de los bíperes, fabricadas en Taiwán, antes de su importación al Líbano. La información, proporcionada por funcionarios estadounidenses y de otros países que estaban al tanto de la operación, indica que el material explosivo fue integrado junto a la batería, y que un interruptor remoto podría ser utilizado para activarlo.
La ONU expresó su preocupación por la posible escalada del conflicto, instando a las partes a evitar acciones que puedan intensificar la crisis.