Dominique Pelicot, de 71 años, acusado de drogar a su mujer para que la violaran decenas de desconocidos, reconoció ser “un violador”, y afirmó que Gisèle Pelicot “no merecía” el calvario sufrido durante cerca de diez años.
El tribunal de Aviñón, en el sur de Francia, juzga desde el 2 de septiembre a este hombre por drogar a su exmujer administrándole medicamentos para dormirla y violarla junto a decenas de desconocidos desde 2011.
El mediático proceso se ha convertido en un símbolo del uso de drogas para cometer agresiones sexuales, práctica conocida como sumisión química, y relanzó el debate sobre el consentimiento.
Durante un receso del juicio, varios espectadores aplaudieron a Gisèle Pelicot, a quien ofrecieron un ramo de flores al grito de “Bravo, señora” y “Para que la vergüenza cambie de lado”.