La ingeniería electoral pasa bastante desapercibida porque su función es que las cosas sean sencillas en la boleta y en las urnas. Llegar a unas votaciones con una boleta clara, con opciones claras, legibles y equitativas no es algo que se logre por decreto.

Quizá por eso damos por sentado que las elecciones tienen un grado de complejidad alto y requiere de una buena cantidad de logística y reglas claras.

De ahí la importancia de la sesión de consejo general que deberán tener los consejeros electorales del INE en estas semanas. Ellos serán quienes determinen algunas de las reglas básicas que tendrá la siguiente elección del poder judicial.

Después de la publicación de la reforma judicial en el Diario Oficial, arrancó el proceso electoral con el que en 2025 se van a renovar más de 1,400 cargos que tienen que ver con el poder judicial. Nueve ministros de la Suprema Corte de Justicia, cinco integrantes del nuevo Tribunal de Disciplina Judicial, dos magistradas del Tribunal Electoral, 15 magistradas y magistrados en el mismo órgano, así como 823 magistradas y jueces de distrito y 627 magistrados de tribunales estatales.

Sobre el proceso de elección de los candidatos hay pocas dudas porque el detalle es preciso en la Constitución. Pero el camino para determinar cuántos y cómo se distribuirán los nombres en las boletas, cuántas boletas serán necesarias para imprimirse y el llenado de actas el día de la elección, es algo que aún está pendiente.

En entrevista, el exconsejero del INE, Mauricio Merino, remarcó lo complejo en la logística para imprimir las boletas electorales, que en este caso se van a necesitar muchas por el número de candidatos que pueden votarse, así como la dinámica que habrá al momento del conteo y el cómputo de los resultados.

Según Merino, los errores más comunes en los procesos electorales tienen que ver con boletas mal depositadas en las urnas y el llenado de las actas al final de la elección.

Eso, en el campo y en la cosa práctica al día de la elección, en el ámbito técnico

Carla Humphrey, consejera de ese organismo destaca algunos de los temas que tienen que revisarse y necesitan una logística particular.

La geografía judicial no es la misma que la electoral, las boletas en elecciones anteriores no tienen tantos nombres como será el caso de la elección de los juzgadores, además de temas logísticos para el préstamo o compra de mamparas, urnas y marcadores.

En temas más elaborados, hay una brecha que hay con la población analfabeta que en varios convenios el INE y el INEA han intentado cerrar desde hace varios años y que será difícil sortearla en esta votación.

Y yo como ciudadana tengo una duda genuina: ¿cómo haré para cumplir con mi parte? Cómo hago para llegar a la urna y tener más o menos conocimiento de quiénes están en las fórmulas. Las campañas no se harán con dinero público y tampoco privado, lo que deja un espacio pequeño y difuso.

Será mi tarea los siguientes meses, al parecer.

 

    @Micmoya