El Instituto Brasileño de Investigación Espacial (INPE) informó que Sudamérica atraviesa una de las sequías más críticas en años. El fenómeno propició al menos 350 mil 370 incendios forestales en la región, especialmente en la Amazonía.
El instituto indicó que los fuegos de 2024 son los más destructivos durante los últimos 15 años, al superar los 344 mil 391 incidentes de 2023.
En Brasil, entre agosto y septiembre se contabilizaron 128 mil focos de incendio. Estos arrasaron 11.9 millones de hectáreas con vegetación nativa, en su mayoría en formaciones campestres. La mitad de ellas se localizan en la Amazonía, indicó un análisis de Mapbiomas.
Estos desastres brasileños liberaron 31.5 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2), aumentando las cifras en un 60 por ciento en comparación con el año anterior.
Además de las llamaradas, la sequía redujo de manera drástica el caudal de importantes ríos, aislando comunidades rurales y complicando el transporte de la población que depende de este río, así como de distintas mercancías.
En Bolivia, el gobierno se declaró en “emergencia nacional” tras la destrucción de más de 3.8 millones de hectáreas de bosques y pastizales.
Miguel Vargas, director del Centro de Estudios Jurídicos e Investigación Social (Cejis), indicó que este fenómeno amenaza la supervivencia de 34 pueblos indígenas en las regiones de Santa Cruz y Beni.
Asimismo, Perú, que enfrenta 34 incendios activos y 21 controlados, de 234 registrados en lo que va del año, también se declaró en estado de emergencia en las regiones de San Martín, Ucayali y Amazonas y así facilitar las labores de mitigación de estos.
Mientras que en Colombia, más de 19 mil 430 hectáreas de bosque fueron consumidas por 23 incendios, movilizando helicópteros y aeronaves para combatir las llamas. Carlos Carrillo, director de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres, destacó que algunos incendios podrían tardar en extinguirse, advirtiendo a la población.
En Argentina, con menos focos de incendio, persiste el riesgo de nuevos brotes en provincias como Salta, La Rioja, Santa Fe y Córdoba, donde se reportaron mil 500 incendios que afectan más de 30 mil hectáreas.
En Paraguay, la Coordinadora de Derechos Humanos (Codehupy) solicitó declararse en “emergencia” en el Chaco paraguayo debido a la escasez de agua, sequías y quemas recurrentes.
Por su parte, Ecuador enfrenta incendios que arrasan más de 34 mil hectáreas, la mayoría desde agosto, cuando la sequía se intensificó. Además, la crisis hídrica impacta las centrales hidroeléctricas, al obligar al gobierno a implementar apagones nocturnos de ocho horas.
Finalmente, Chile, atravesó en febrero una ola de incendios que dejó 137 muertos en Valparaíso, al representar un año trágico en comparación con otros, aunque la superficie que se dañó es menor que en años anteriores.