El sismo del 19 de septiembre de 2017, de magnitud 7.1, dejó marcas tanto físicas como emocionales en Ciudad Universitaria, de la UNAM; algunos de los daños aún prevalecen a lo largo de siete años.
Entre los espacios que siguen afectados hasta el día de hoy por el sismo, se encuentra la Facultad de Medicina, cuyos pilares exteriores del edificio A permanecen envueltos con cintas de precaución, además de contar con paneles metálicos de refuerzo cubiertos por mallas anti-escombros situados en el exterior de la fachada.
Estas señales son un recordatorio cotidiano para la comunidad estudiantil de la fragilidad estructural que reveló el terremoto.
Valentino González, estudiante de esa facultad en 2017, recordó que en el temblor estaba en clase de idiomas cuando todo comenzó a moverse, “el sistema eléctrico colapsó y no pudimos abrir la puerta a tiempo, quedamos atrapados, fue una experiencia de terror que nunca olvidaré”.
A siete años del sismo, la UNAM continúa la reparación de muchas áreas afectadas en el campus.