PRONÓSTICO. Ayer había un 70 por ciento de que un Sistema de Baja Presión se desarrollara como ciclón.
Foto: Quadratin | PRONÓSTICO. Ayer había un 70 por ciento de que un Sistema de Baja Presión se desarrollara como ciclón.  

La depresión tropical Diez-E que se desarrolla en el océano Pacífico generará lluvias en Guerrero, Oaxaca y Chiapas, por lo que la Coordinación General de Protección Civil y Bomberos de Acapulco, informó que se activó el protocolo de alertamiento por ciclón tropical.

La coordinación da a conocer que a partir de las zonas de vigilancia que se siguen, los primeros pronósticos indican un desarrollo rápido de un centro de baja presión ubicado al sur de Costa Chica.

La dependencia detalla que este sistema se va a desarrollar muy rápidamente en las próximas 12 horas y tendrá primeramente un acercamiento a la costa Chica con un desarrollo ciclónico con vientos y lluvias intermitentes.

Por tal motivo, se activa el protocolo por ciclón tropical, debido a que representa un peligro alto por lluvias y vientos arrachados para el puerto.

La imagen de satélite muestra al sistema sobre la zona de convergencia intertropical, ya con una formación circular, propia de los ciclones tropicales.

Por su parte, el Gobierno de Guerrero, a través de la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil, mantiene activos sus protocolos de vigilancia, monitoreo y alertamiento preventivo a la población, debido al pronóstico de lluvias muy fuertes para los próximos días en gran parte del estado, derivado de varios sistemas meteorológicos que afectan a la República mexicana.

Indican que se tiene mayor atención en un Sistema de Baja Presión con 70 por ciento de probabilidad de desarrollo ciclónico.

La tarde de este domingo se localizó a 200 kilómetros sur-suroeste de las Lagunas de Chacahua, Oaxaca, mismo que podría formar una tormenta tropical o huracán en los próximos siete días.

Se prevé que este sistema podría generar precipitaciones de fuertes a intensas a partir del lunes y durante el transcurso de la semana, con el riesgo de acumular la misma cantidad de lluvia que típicamente se almacena durante todo el mes, lo que podría generar deslaves, encharcamientos, incremento en los niveles de ríos y arroyos.