Gracias al dinamismo del sector primario, la actividad económica del país repuntó durante julio al registrar el Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) creció 0.6% a tasa mensual.
En agosto de 2024 y a tasa anual, el Indicador Oportuno de la Actividad Económica (IOAE) anticipó un aumento de 1.1 % del IGAE, de acuerdo al Inegi.
El crecimiento se explica por la recuperación significativa de las actividades primarias (11.6%), así como por los avances moderados en la producción industrial (0.2% mensual) y los servicios (0.4% mensual).
Un análisis económico de Rodolfo Ostolaza de Citibanamex, señaló que a pesar del crecimiento de julio, el nivel de actividad promedio entre noviembre 2023 y julio 2024 se ubica por debajo del registrado en septiembre-octubre pasado, lo que ilustra la desaceleración ya vista desde finales de 2023.
Ostolaza estimó que considerando que la demanda externa permanece prácticamente estancada, la desaceleración paulatina de la generación de empleos, la caída proyectada para el gasto público, y el elevado nivel de incertidumbre (que afectaría las decisiones de inversión), “mantenemos nuestra proyección de crecimiento del PIB para 2024 en 1.3%, si bien el resultado de hoy sesga el balance de riesgos al alza.
Agregó que la actividad en julio sorprendió al alza, principalmente por una expansión extraordinaria de la producción agropecuaria, la cual ha mostrado una volatilidad significativa en meses recientes.
Subrayó que “los servicios estuvieron ligeramente por arriba de lo estimado. En los últimos meses la PI ha estado impulsada por la construcción, mientras que la industria manufacturera ya muestra una clara tendencia decreciente.
Los servicios presentan una tendencia de crecimiento modesta, muy por debajo de la observada entre 2022 y hasta el tercer trimestre de 2023. En este sentido, estimamos que en el resto del año el crecimiento económico se debilite”.
Anticipó que la demanda externa permanecerá débil a medida que proyectamos que la expansión del PIB estadounidense pierda tracción y las manufacturas de ese país continúen relativamente estancadas.
Al respecto, Alejandro Saldaña, director de análisis financiero de banco Bx+, proyectó que al momento no hay catalizadores que permitan una aceleración significativa en el crecimiento económico al cierre de año.
“El consumo privado todavía encontrará apoyo en la solidez del empleo y el alza en salarios. No obstante, prevemos una moderación adicional en el gasto más discrecional si la generación de empleo muestra menor fuerza, y la inflación y las tasas de interés – aunque disminuirían algo más – permanecen elevadas”, abundó.
Saldaña explicó que la inversión fija bruta continuaría desacelerándose conforme se sigue revirtiendo la expansión del año anterior en obra pública en las obras emblema de la administración saliente.
Además, la inversión privada sería frenada por la desaceleración, altos costos financieros, y la creciente incertidumbre asociada a las reformas constitucionales y la próxima elección presidencial en EU.
En el mediano y largo plazo, ajustes en el marco institucional que erosionen la certidumbre jurídica en el país limitarían la atracción de nuevas inversiones asociadas al reordenamiento industrial.
La economía mexicana presentó un modesto ritmo de crecimiento, “Se considerará actualizar nuestra perspectiva del PIB”.