El alcalde de Nueva York, Eric Adams, se encuentra en el centro de una crisis sin precedentes tras ser acusado por un gran jurado federal, según informaron fuentes cercanas al asunto a varios medios estadounidenses.
Aunque los cargos específicos permanecen en secreto, la situación plantea serias preguntas sobre la gobernabilidad de la ciudad.
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Desde su elección hace menos de tres años, Adams, un exoficial de policía, enfrenta múltiples investigaciones federales que dejan a su administración bajo un intenso escrutinio. Se espera que, tan pronto como mañana, enfrente cargos por parte de los fiscales del Distrito Sur de Nueva York. Este escenario se agrava por una serie de renuncias de alto nivel en su gabinete, que incluyen al comisionado de policía, Edward Caban, quien dejó su puesto recientemente.
Una de las investigaciones más alarmantes se centra en las acusaciones de que la campaña de Adams conspiró con el gobierno turco para recibir contribuciones ilegales de fuentes extranjeras. El FBI, en el transcurso de esta indagatoria, registró el año pasado una propiedad en Brooklyn vinculada a su principal recaudador de fondos. Además, se investiga si Adams presionó a Daniel Nigro, excomisionado de bomberos, para que aprobara un nuevo consulado turco en la ciudad, a pesar de las preocupaciones sobre la seguridad del edificio.
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Las medidas tomadas por las autoridades no se han hecho esperar; los teléfonos de varios funcionarios cercanos a Adams, incluyendo el de su hermano gemelo, fueron confiscados en el marco de las investigaciones. Estos casos llevaron a los analistas políticos a cuestionar el rumbo del gobierno de la ciudad, dejando a las agencias sin dirección y con incertidumbres sobre quién está al mando.
EAM