PARTIDA. El presidente estadounidense subrayó la reconstrucción de alianzas internacionales y reflexionó sobre su legado, marcado por guerras persistentes.
Foto: AFP | PARTIDA. El presidente estadounidense subrayó la reconstrucción de alianzas internacionales y reflexionó sobre su legado, marcado por guerras persistentes.  

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, pronunció su discurso de despedida ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, lo que marca el cierre de una extensa carrera política. En medio de un escenario internacional turbulento, el mandatario estadounidense aprovechó su última intervención en la ONU para subrayar sus logros y expresar un contundente llamado a una nueva generación de líderes.

El líder de la Casa Blanca destacó su compromiso con la reconstrucción de alianzas internacionales, al afirmar que durante su mandato restauró las relaciones de Estados Unidos a un nivel sin precedentes. 

Sin embargo, su legado en política exterior se encuentra marcado por luces y sombras: mientras fortaleció la cooperación en el Indopacífico y lideró la respuesta occidental ante la invasión rusa en Ucrania, también dejó conflictos abiertos como la guerra en Ucrania y la escalada en Oriente Medio.

En su mensaje, el demócrata reflexionó sobre su decisión de no buscar la reelección, y subrayó la importancia de la renovación política. “He decidido que, tras 50 años de servicio público, llegó el momento de que una nueva generación de líderes lleve a mi nación hacia adelante”, declaró. Sus palabras resonaron como una advertencia para los líderes presentes: “Estamos aquí para servir al pueblo, no al revés”.

El conflicto en Gaza y las crecientes tensiones en Líbano amenazan con ensombrecer la agenda global, y el presidente estadounidense no dejó pasar la oportunidad para reiterar su postura: “Una solución diplomática sigue como la única vía para lograr una seguridad duradera”. 

El discurso también incluyó referencias a la situación en Venezuela, donde el jefe del Ejecutivo estadounidense reiteró que el autócrata Nicolás Maduro cometió fraude electoral. Esta declaración subraya la continua presión de Washington para un cambio de poder en el país sudamericano.

Con el telón a punto de caer sobre su administración, el presidente estadounidense se enfrenta a los límites de su influencia, pero deja un mensaje claro: el futuro pertenece a aquellos líderes que busquen liberar todo el potencial de sus pueblos, un ideal que Biden identifica como el alma de la democracia.