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“El cine me lo ha dado todo”, afirmó un emocionado Pedro Almodóvar al recibir este jueves el Premio Donostia que le entregó el Festival de San Sebastián, por una carrera que lo ha llevado a ser el cineasta español más reconocido a nivel internacional.

“Para mí el cine es una bendición o una maldición, no intuyo otro tipo de vida que el de escribir y dirigir sin pausa”, aseguró el realizador manchego de 75 años, quien dijo haber sentido “tantas emociones” desde su llegada a la ciudad vasca, en el norte de España, que “casi es imposible realmente disfrutarlo sin romperse”.

“Creo que este oficio es el mejor del mundo y que merecía la pena que yo me entregara a él sin limitaciones”, señaló Almodóvar, quien agradeció al presidente del Gobierno, el socialista Pedro Sánchez, su presencia en la ceremonia “apoyando a la cultura”.

“El cine me lo ha dado todo, mucho más de lo que yo podía imaginar”, expresó Almodóvar, quien pasó a nombrar a todos los intérpretes “de enorme talento” que han trabajado con él, como Penélope Cruz, Carmen Maura, Antonio Banderas, Cecilia Roth y Rossy de Palma.

“Una vocación”

El galardón se lo entregó la actriz británica Tilda Swinton, quien reconoció la “contribución sin igual a la cultura mundial” de Almodóvar.

El Donostia era uno de los pocos galardones que le faltaba a Almodóvar, quien tiene dos Óscar, cinco premios Goya, cinco Bafta, cuatro César y el Premio Nacional de Cinematografía de España, entre muchos otros.

A principios de mes ganó el León de Oro de Venecia con su primer largometraje en inglés “La habitación de al lado” (“The Room Next Door”), protagonizado por Swinton y Julianne Moore.

Antes de recoger el trofeo, Almodóvar hizo balance de su carrera en una rueda de prensa.

“Yo nunca pensé en mi talento. Yo lo que pensé es que tengo una vocación (…) y si no consigo hacer cine, seré la persona más desgraciada del universo”, dijo el director, quien recordó haber asistido por primera vez al Festival de San Sebastián hace 44 años, con su primera película “Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón”.

“He tenido una trayectoria de 23 películas, unas mejores que otras, y todas ellas son mías y me pertenecen (…) y eso es un privilegio”, señaló Almodóvar.

El reencuentro de Leigh con Jean-Baptiste

En la carrera por la Concha de Oro, el máximo galardón del festival, entró este jueves “Hard Truths”, del director británico Mike Leigh, quien vuelve a trabajar con la actriz Marianne Jean-Baptiste después de “Secretos y mentiras”, ganadora de la Palma de Oro en Cannes en 1996.

Leigh, conocido por retratar los sinsabores de la vida ordinaria de las clases trabajadoras británicas, se enfoca en Pansy (Jean-Baptiste), una mujer que vive enfadada y peleándose con su dentista, su médico o una vendedora de muebles, pero sin poder comunicarse con su familia.

Pansy es “un símbolo de los tiempos difíciles que estamos viviendo. De hecho, si soy sincero, creo que la condición (…) de Pansy, los problemas de Pansy, son universales”, explicó Leigh en rueda de prensa.

“Ella necesita ayuda, eso es totalmente cierto, lo que no hacemos en la película es dar esas respuestas”, dijo el cineasta británico Leigh, quien afirmó que su film “no es un documental sobre la salud mental”.

Para Jean-Baptiste, que estuvo nominada al Óscar por “Secretos y mentiras”, trabajar nuevamente con Leigh “fue un regalo”.

“Hard Truths” compite con otros quince filmes por el máximo premio de San Sebastián, entre ellos “Los destellos”, de la española Pilar Palomero; “Conclave”, del alemán Edward Berger; “On Falling”, de la portuguesa Laura Carreira y “Le dernier souffle”, del grecofrancés Costa-Gavras.

En el apartado Horizontes, que entrega el premio a la mejor película latinoamericana, se proyectan este jueves “Quizás es cierto lo que dicen de nosotras”, de los chilenos Camilo Becerra y Sofía Paloma Gómez, y “La piel en primavera”, de la colombiana Yennifer Uribe Alzate.

El festival cierra el sábado con la entrega de premios.