A 10 años de la noche del 26 de septiembre de 2014, donde desaparecieron los 43 normalistas de Ayotzinapa, el grito de justicia practicamente fue ahogado en Chilpancingo, pues con el décimo aniversario de la tragedia, poco se habla de lo sucedido con los Avispones de Chilpancingo.
Catalogados cruelmente como “daño colateral”, esa noche en Iguala murieron asesinados David Josué García Evangelista, jugador del equipo, y el chofer que transportaba a los jóvenes, quienes venían de ganar un juego y que estaban por celebrar el triunfo con su entrenador.
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De acuerdo con relatos de los sobrevivientes en diversos reportajes y documentales, el autobús en el que iban los jugadores de los Avispones de Chilpancingo fue confundido por el crimen organizado con uno de los cinco que secuestraron los normalistas de Ayotzinapa.
Debido al hecho, los criminales abrieron fuego en contra de la unidad y amenazaron a gritos a los jóvenes para que descendieran de la unidad, al percatarse de la confusión, uno de los sobrevivientes relató al documental de HBO las palabras de los delincuentes, quienes rápidamente abandonaron el lugar.
“Son futbolistas, no mames, ya la cagamos“.
Tras la tragedia y la llegada de las autoridades, los jugadores del equipo fueron trasladados a su ciudad de origen, atendidos y posteriormente, realizaron la ceremonia fúnebre para despedir al ‘Zurdito’, jugador del equipo, y Víctor Manuel Lugo Ortiz, conductor de la unidad.
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Al día de hoy, Roberta Evangelista, madre del joven asesinado, sigue clamando justicia a las autoridades para dar con los responsables, pues lamentablemente con el paso de los años, el caso fue siendo relegado en la investigación.
Actualmente, Avispones de Chilpancingo se encuentra jugando en la Serie A de la Liga Premier MX, esto en la búsqueda de seguir trascendiendo y en unos años, poder convertirse en una franquicia de la Liga de Expansión del futbol mexicano.
MC