A veces, una historia puede contarse en algunos documentos. Por ejemplo esta: una empresa se constituyó a inicios de noviembre de 2023 ante un notario público del Estado de México.
La empresa Creaciones Ferca es una sociedad anónima de capital variable. Tiene domicilio en Ciudad de México y fue registrada en el registro público de la ciudad el mismo mes de noviembre.
La compañía tiene dos socios, no usó el nuevo sistema de las empresas en Ciudad de México que permite que solo uno aparezca en las actas y su capital de arranque fueron 100 mil pesos. Es decir, es un poco más que una pequeña empresa.
El objeto social es amplio para comercializar y fabricar una buena batería de productos como ropa y calzado.
La historia podría ser solamente una historia de éxito. En México abrir una pequeña o mediana empresa no necesariamente es una tarea fácil, aunque los trámites se han ido facilitando y la intención es que los requisitos sean cada vez menos.
La diferencia entre esta empresa y otras es que en marzo de 2024 ya pudo competir en la alcaldía Álvaro Obregón para un proyecto de captación de agua de lluvia por poco más de 640 mil pesos.
Y para abril, es decir cinco meses después, ya había logrado firmar 73 contratos con 62 dependencias diferentes del gobierno federal que van desde el SAT hasta la PROFEPA, pasando por Banjército, Birmex y la SEP, según las bases de compranet y los documentos de las dependencias disponibles.
Casi todos los contratos son por licitación pública y son para abastecer a las dependencias de uniformes y calzado industrial.
Una empresa necesita algunos meses para consolidarse. Los trámites para vender al gobierno no son necesariamente sencillos, pero parece que hay quienes lo logran sin sudar demasiado.
El problema aquí es que Creaciones Ferca está relacionada con el administrador único de la empresa que también participó en la serie de compañías de Molleda Cámara, un empresario que estuvo señalado desde el gobierno de Vicente Fox de obtener contratos que le favorecían.
En el gobierno de Enrique Peña los señalamientos siguieron con compras en el ISSSTE con cubrebocas a sobreprecio y aunque el empresario Luis Francisco Molleda falleció en 2022 durante la pandemia, las conexiones y algunos de los personajes de sus empresas siguen apareciendo en las actas constitutivas con resultados prodigiosos como 73 contratos en menos de cinco meses de haberse creado una compañía, cuando en promedio a otras les toma al menos un año la consolidación, según datos del Banco Mundial.
Y aquí la duda genuina: un modelo de contrataciones y una manera de hacer negocios parece sobrevivir a las administraciones y los cambios de gobierno. ¿Por qué nos es tan difícil conservar un esquema eficiente para la ciudadanía?
Ser una empresa nueva no es ningún pecado, pero ¿por qué lo que heredamos tiene que ver con expedientes y con sospechas de colusión o al menos de prácticas empresariales que no abonan a la transparencia?
@Micmoya