La Cámara de Diputados lució ayer vacía, pues por una orden superior sólo se presentaron a laborar los trabajadores indispensables para el mantenimiento y la limpieza del recinto.

 

Los equipos de seguridad y de inteligencia del Estado se apropiaron temporalmente de las instalaciones de San Lázaro para prepararlas para el acto solemne de toma de protesta de Claudia Sheinbaum como Presidenta de México, el próximo martes.

Toda la zona fue cercada desde hace poco más de una semana; no hay forma de ingresar si no se está en una lista y se comprueba que es trabajador o funcionario indispensable en el llamado Palacio Legislativo.

 

Es práctica común que los cuerpos de seguridad “tomen’’ la sede en la que se transmite la banda presidencial, pero en esta oportunidad, los cuidados han sido excesivos comparados con ceremonias anteriores.

 

Sheinbaum rendirá protesta después de recibir la banda presidencial de manos de la diputada Ifigenia Martínez, decana luchadora social, en un acto que pretende simbolizar el triunfo de la mujer en las batallas políticas.

 

El momento, histórico per se, se ha visto empañado por hechos de violencia ocurridos principalmente en Sinaloa, pero que se han extendido a otros estados.

 

Por las decisiones y las omisiones del gobierno de López Obrador, que hasta ayer por la noche no se había dignado a enviar siquiera un mensaje de WhatsApp a los guerrerenses y oaxaqueños afectados hasta el tuétano por dos huracanes.

 

Y por un entorno económico, que si bien aún no exige encender las alarmas, tiene al país con focos ámbar, a la espera de conocer cuál será el presupuesto para el próximo año y cómo lo gestionará la Presidenta.

 

No tardaremos en saberlo.

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El próximo año se celebrarán elecciones municipales en Durango y Veracruz y, aunque aún falta mucho para que ocurran, la pregunta que quedó en el aire, después de las elecciones federales pasadas, es si PAN y PRI continuarán postulando candidatos comunes.

 

No es una pregunta ociosa.

 

Hasta ahora, los panistas, con excepción de Miguel Ángel Yunes Márquez, ahora inmaculado por la gracia morenista, y el PRI, que se ha mostrado congruente entre sus dichos y sus hechos, han hecho de facto una alianza legislativa.

 

Los malos resultados en la elección pasada provocaron severas críticas internas a las dirigencias de ambos partidos, aunque quizá sin esa asociación les hubiera ido peor.

 

Como sea, parece que el gobernador de Durango, Esteban Villegas, quien ganó bajo la bandera del PRI y el PAN, está seguro de que el tricolor podrá competir solo el próximo año.

 

No se sabe si la dirigencia nacional que encabeza Alejandro Moreno piense igual o si en el análisis del campechano la sociedad con los albicelestes aún tenga futuro.

 

A no ser que Villegas ya esté futureando con una próxima embajada.

 

A ver.

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¿Qué autoridad se hará responsable por los daños causados a la propiedad privada por los porros disfrazados de estudiantes que “protestan’’ año con año, desde hace diez, por la desaparición de 43 normalistas?

 

En México, como en ningún otro país, se ha normalizado el vandalismo disfrazado de protesta social, sin que las autoridades se hagan presentes para inhibir la comisión de delitos.

 

Está bien que se respete el derecho a la libre manifestación, pero los actos vandálicos, cada manifestación, aumentan en la escala de violencia.

 

Es terrible, lamentable, que a 10 años de la tragedia no se conozca la verdad, pese a los cientos de litros de saliva vertidos en promesas y compromisos que, seis años después, no se cumplieron.

 

¿De eso tienen la culpa los empresarios y pequeños comerciantes?

 

     @adriantrejo