Como parte de su campaña presidencial, Kamala Harris llega este viernes a la frontera de Estados Unidos con México para hablar sobre migración, un tema que su rival Donald Trump utiliza como línea de ataque en su reñida disputa por la Casa Blanca.
La vicepresidenta llegará a Arizona, uno de los estados claves en las elecciones del 5 de noviembre.
Se trata del primer viaje a la frontera en su campaña electoral que inició en julio, cuando reemplazó al presidente Joe Biden como candidata demócrata.
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En su discurso en la ciudad limítrofe de Douglas, Harris debe equilibrar su promesa de medidas de seguridad más severas en la frontera sur del país, con el desarrollo de un sistema humanitario de migración.
De acuerdo con su campaña, se espera que acuse a Trump de haber presionado entre los republicanos para que no se aprobara en el Congreso una ley sobre este tema, apenas para evitar un eventual impacto positivo que favoreciera a Harris en la carrera electoral.
“El pueblo estadounidense merece un presidente que se preocupe más por la seguridad fronteriza que por jugar a juegos políticos”, dirá Harris, según adelantó su equipo.
Trump ha centrado su campaña en una plataforma anti-inmigración, prometiendo deportaciones masivas, acusando falsamente a inmigrantes de comerse a las mascotas de los estadounidenses y promoviendo una retórica negativa sobre la presencia de inmigrantes en Estados Unidos.
Seguridad fronteriza
Este viernes, el diputado republicano Tony Gonzales difundió cifras del Departamento de Seguridad Nacional según las cuales hay actualmente en el país 425 mil extranjeros sin la ciudadanía estadounidense y con antecedentes penales, incluyendo 13 mil condenados por homicidio.
Trump aprovechó el informe para atacar a su rival, afirmando sin evidencias que se trata de personas que cruzaron de forma ilegal la frontera durante los últimos tres años, bajo el mandato de Biden y Harris.
“Están andando por nuestras calles”, dijo Trump.
Las estadísticas, sin embargo, no detallan desde cuándo estas personas se encuentran en Estados Unidos, y de acuerdo con expertos, podría tratarse incluso de décadas.
“Se trata de personas que, principalmente, ya han sido acusadas y condenadas y han cumplido su condena”, dijo a la AFP Aaron Reichlin-Melnick, del no gubernamental Consejo Estadounidense de Inmigración.
Reichlin-Melnick dijo que durante la presidencia de Trump había millones de migrantes sin ciudadanía viviendo en Estados Unidos, incluyendo miles con antecedentes penales.
“La única razón por la cual no pueden ser deportados es por problemas diplomáticos con sus países de origen, pero no tiene nada que ver con las políticas del gobierno de Estados Unidos, o con sus prácticas”, dijo.
Harris ha disminuido la ventaja electoral de Trump cuando se trata de asuntos migratorios, de acuerdo con encuestas recientes, pero sigue siendo uno de los puntos débiles de Harris debido al aumento del número de cruces ilegales durante la administración demócrata.
Sin embargo la vicepresidenta defiende la disminución de estas cifras desde junio, cuando Biden firmó un decreto para restringir el sistema de asilo en la frontera sur.
En consecuencia, el número de encuentros en la frontera sur pasó de 250 mil en diciembre del año pasado, a 58 mil en agosto, de acuerdo con números oficiales.
En la frontera, Harris insistirá en su trayectoria como fiscal en California, otro estado fronterizo, cuando enfrentó casos relaciones con el tráfico de drogas y la presencia de pandillas en la frontera, anticipó la campaña.
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Retórica anti-inmigración
Los republicanos mantienen una línea de ataque constante en materia migratoria en una campaña en la cual el voto latino tiene un poder considerable.
Acusan a Harris de cambiar de opinión sobre la ampliación del muro que serpentea entre México y Estados Unidos a lo largo de los 3 mil 50 kilómetros de su frontera.
También se han centrado en su papel a principios de la administración de Biden, cuando el presidente le encargó investigar las causas de la migración ilegal desde América Central, llamándola falsamente “zar de la frontera” y dando a entender que tenía el control general de la política fronteriza, algo que no es cierto.
El tema ha sido espinoso para la vicepresidenta, que protagonizó una de sus peores entrevistas al respecto en 2021. Cuando un periodista la cuestionó por no haber ido a la frontera, Harris respondió: “Y tampoco he ido a Europa”, algo que le rindió incontables críticas.
Trump ha crecido en este escenario con una retórica nacionalista y anti-inmigración, ganando incluso apoyo entre parte de la comunidad latina, con votantes que además lo consideran una mejor opción en materia de política económica.
“Ellos infectan nuestro país”, dijo Trump en un evento político el jueves.
EAM