La llegada del huracán Helene a la costa noroeste de Florida, desencadenó marejadas ciclónicas, inundaciones y daños estructurales, provocando al menos cuatro muertes y dejando a decenas de personas atrapadas en sus hogares.
A medianoche, Helene tocó tierra en el Big Bend del estado como un potente huracán categoría 4. A pesar de que el fenómeno se degradó a tormenta tropical, la población de Georgia y las Carolinas prevé que empeore la situación.
Ron DeSantis, gobernador de Florida informó que uno de los decesos se debió a la caída de un poste, dos más se reportaron en Georgia y otra en Carolina del Norte.
Ante el hecho, las autoridades comenzaron las labores de rescate, especialmente en áreas como Cedar Key, donde se despejan vías para facilitar el acceso de los socorristas y así poder evacuar a los residentes y transportar suministros de emergencia.
De acuerdo con información del Centro Nacional de Huracanes (NHC, por sus siglas en inglés) Helene genera de manera continua “ráfagas de vientos dañinos e inundaciones que pueden poner en peligro la vida en varias partes del sureste y el sur de los Apalaches”.
Finalmente, señaló que a pesar de Tallahassee, la capital de Florida, libró el impacto directo, gracias a que el sistemas se movió un poco más hacia el este, Atlanta aún se mantiene bajo emergencia por inundaciones repentinas en su área metropolitana.