“México lindo y querido, si muero lejos de ti, que digan que estoy dormido, y que aquí me traigan aquí”, dice estribillo de la icónica canción de Jorge Negrete, una frase que migrantes mexicanos y sus familias tienen muy presente, pues el sueño americano puede terminar de forma abrupta.
En los últimos cuatro años, con 10 mil 766 casos, Estados Unidos ha sido el país con el mayor número de personas mexicanas fallecidas cuyos familiares solicitaron el traslado de los restos a territorio nacional, según los datos de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE).
Para Emiliano Villavicencio, académico de la Universidad La Salle, el fallecimiento de un familiar en el extranjero tiene una carga simbólica, y es que el proceso de duelo se vuelve complicado dado que el fallecido no es enterrado inmediatamente, por ello se prolonga la agonía de despedida.
En entrevista con este medio, el experto en psicología explicó que “los familiares de una persona fallecida en el extrajero reprimen todo el dolor generado por la perdida, ello debido al proceso legal y administrativo que conlleva la repatriación de un cuerpo”, de ahí que el familiar del fallecido tenga un doble proceso por la perdida, el cual será diferido.
En tanto, el académico de la Universidad La Salle, Emiliano Villavicencio, resaltó que la repatriación de un cuerpo a su tierra natal, obedece a un sentimiento de patriotismo, a la vez que refleja los usos y costumbres de un lugar: “hay un sentimiento de reforzamiento de los vínculos con los suyos, incluso después de la muerte, el cuerpo del difunto continúa con una vida social, esto hasta que el cuerpo es repatriado y entonces termina”, concluyó.
Mediante una solicitud de información realizada por 24 HORAS a la dependencia para conocer las cifras y origen de los cuerpos repatriados en los últimos cuatro años, la cancillería mexicana precisó que en el 2020, el año más duro de la pandemia del Covid 19, regresaron a México los restos de 92 mujeres y 805 hombres de origen poblano.
Ese mismo año repatriaron los cuerpos de 24 mujeres y 506 hombres nacidos en Guerrero, así como los cadáveres de 197 mujeres y 499 hombres de origen michoacano, y los restos de 27 féminas y 450 varones oaxaqueños.
Mientras que en el 2021, con la cancillería a cargo de Marcelo Ebrard, próximo secretario de Economía, se repatriaron a México los restos de 193 mujeres y 520 hombres fallecidos en Estados Unidos a Michoacán, 169 cuerpos de féminas y 406 varones que retornaron al estado de Jalisco, y los cadáveres de 67 mujeres y 392 hombres nacidos en Oaxaca regresaron a su lugar de origen.
En 2022, la SRE repatrió del país vecino a México los cuerpos de 130 mujeres y 345 hombres de origen michoacano, así como el 84 mujeres y 327 hombres nacidos en Guerrero, así como los restos de 72 mujeres poblanas y 314 hombres poblanos; y 86 cuerpos de mujeres y 301 de hombres provenientes de Guanajuato.
En 2023, la cancillería mexicana registró la repatriación de los cuerpos de 19 mujeres y 423 hombres nacidos en Michoacán, los restos de 11 mujeres y 368 hombres originarios de Jalisco, los cuerpos de ocho mujeres y 357 hombres oaxaqueños, y los cadáveres de 10 mujeres y 345 hombres provenientes de Guerrero.
Para junio de 2024, la Secretaría de Relaciones Exteriores ha retornado a México los restos de 77 mujeres y 161 hombres originarios de Michoacán, así como los cuerpos de 35 mujeres y 142 hombres nacidos Guanajuato, los cadáveres de 26 mujeres y 129 hombres poblanos, y los cuerpos de 46 mujeres y 122 hombres guerrerenses.