La primera actriz Angélica María goza desde hace varios años de un lugar muy especial en el corazón de los mexicanos, por su trayectoria en el cine, en la pantalla chica y en la historia del rock en México.
Su carisma y talento la llevaron a ser un personaje querido en el mundo del espectáculo, por lo que a lo largo de los años ha sido conocida como “La Novia de México”, pero pocos saben de dónde surgió este sobrenombre, pero aquí te contaremos la historia.
Te podría interesar: “Sujo”, de Fernanda Valadez y Astrid Rondero, ganadora del Premio Cooperación Española en San Sebastián
Fue el periodista Octavio de Alba quien inició la costumbre de llamarla “La Novia de México” y todo surgió a raíz de una columna que escribió en 1969, cuyo título era “Angélica María, La novia de México”, apodo que ha conservado hasta la fecha.
En el texto escrito por de Alba, el periodista destaca la belleza y talento de Angélica con una frase: “La belleza de la novia de la Juventud y su enorme talento como actriz y cantante tiene enamorados a todo un país y todos la llamamos nuestra novia”.
A partir de ese momento, Angélica María ha sido identificada así haciendo honor a sus cualidades y aunque lo ha usado casi toda su carrera, en algún momento fue puesto en entredicho por su nacionalidad.
Te podría interesar: El video de Steve de ‘Las Pistas de Blue’ con más de 200 mil historias conmovedoras
La actriz y cantante no nació en México, su nacionalidad era estadounidense aunque su carrera artística se desarrolló en nuestro país. Su madre era mexicana y esa conexión llevó a Angélica a tener que elegir una sola nacionalidad.
En aquella época, México no permitía la noble nacionalidad, por lo que se vio obligada a decidir entre conservar la nacionalidad norteamericana o convertirse en mexicana; finalmente, decidió quedarse a vivir en México, renunció a ser ciudadana estadounidense y se nacionalizó.
El escándalo
Recientemente, el apodo “La Novia de México” se posicionó en el ojo mediático, luego de que en redes los usuarios comenzaran a llamar a la actriz Gala Montes con ese mismo apelativo; situación que puso a la defensiva no a la primera actriz, sino a su hija, Angélica Vale, misma que salió a defender el derecho de su madre de ser la única poseedora.