El 1 de diciembre de 2000, Vicente Fox pasó a la historia no sólo por ser el primer mandatario de Oposición tras 70 años de hegemonía del PRI, también porque no respetó el protocolo de la investidura presidencial, al saludar a sus hijos antes que al Congreso.
Ese día, el entonces mandatario comenzó su día con una visita a la Basílica y rezando a la Virgen de Guadalupe, gesto criticado por algunos sectores, que lo consideraron una falta al laicismo de la investidura presidencial.
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Horas después, ya en el Congreso de la Unión, una vez que rindió protesta, y antes de recibir la banda presidencial, hizo amago de sentarse en su lugar -cuando debía mantenerse de pie- y, cuando el presidente del Congreso le hacía entrega de la Banda Presidencial, le dio la mano.
Momentos después, ya investido, con la palabra concedida por la Unión, el entonces presidente abrió su discurso con las siguientes palabras:
“Hola Ana Cristina, hola Paulina, Vicente y Rodrigo. Honorable Congreso de la Unión”.
Y ya como Presidente de México, Vicente Fox encabezó un evento con simpatizantes en el Auditorio Nacional en donde se le tomaron fotografías históricas, en las que aparece con la Banda Presidencial colocada, un crucifijo en la mano izquierda mientras saludaba a su hija Paulina.
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Esto generó críticas por parte de otras fuerzas políticas que lo acusaron de violar el protocolo de la investidura.
LEO