El español alcanzó su título número 16 como profesional y se acercó al italiano en la lucha por la cima del ranking
Foto: Especial | El español alcanzó su título número 16 como profesional y se acercó al italiano en la lucha por la cima del ranking  

Aún pese a ceder el primer set con un marcador de 7-6 ante el italiano, Jannik Sinner, el Abierto de China terminó por ver a Carlos Alcaraz como su nuevo dueño, tras ganar la final en episodios corridos y por marcadores de 4-6 y 6-7 en lo que el español señaló como una etapa de refresco para el tenis mundial, con la nueva rivalidad entre los tenistas europeos.

Convencido de que partidos como el visto en la cancha central de Beijing es lo que necesita el deporte blanco para atraer a más aficionados, el español afirmó que el poderse plantar en partidos ante Sinner es algo especial para el deporte actual. “Siempre firmamos un duelo muy intenso, con grandes puntos e intercambios. Gracias a este tipo de partidos la gente que no ve tenis empieza a hacerlo e incluso a practicarlo”.

Tras ponerle fin a un par de meses que describió como complicados al no poder jugar en su mejor nivel durante diversos torneos, Carlos agregó sentirse orgulloso por lo hecho durante el último mes en el que ha trabajado físicamente y en pista.

“Cuando eres capaz de ganarle a uno de los mejores, por no decir el mejor jugador del mundo, sientes que estás haciendo todo de la forma correcta” apuntó.

Tan difícil fue superar los días posteriores a la gira por Norteamérica, que incluyó su fracaso en el US Open, que Carlos agregó después de su título en Beijing que intentó alejarse por completo del tenis durante un período, al grado de no querer tocar una raqueta y desentenderse del tenis casi por completo.

A raíz de ello y tras el trabajo con su equipo de entrenadores, la imagen tras superar a Sinner cobró sentido luego de ver a un emocionado Juan Carlos Ferrero, principal estratega, que fue a abrazarlo al borde de las lágrimas. “Hemos vivido momentos difíciles dentro y fuera de la pista. Gracias a mi equipo es que empecé a recuperar la ilusión de jugar partidos y de entrenar”.