Decreto. La Presidenta de México firmó un acuerdo donde se compromete a garantizar la no repetición de atrocidades como actos de represión y privación de la libertad.
Foto: Miguel Martínez Corona | Decreto. La Presidenta de México firmó un acuerdo donde se compromete a garantizar la no repetición de atrocidades como actos de represión y privación de la libertad.  

La secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, ofreció disculpas públicas a las madres, padres, familias, amigos y a los sobrevivientes de la matanza del 2 de octubre de 1968, esto por lo hechos ocurridos hace 56 años en Tlatelolco, ello como parte de las instrucciones de la presidenta, Claudia Sheinbaum

Durante la primera Mañanera, del actual gobierno, la titular de Segob, ofreció la disculpa “con la convicción de la responsabilidad histórica que han otorgado a este gobierno millones de mexicanas y mexicanos”, dijo. 

Asimismo, resaltó que la matanza del 2 de octubre en Tlatelolco, se trató de un crimen de lesa humanidad, el cual fue ejecutado y encubierto por el entonces presidente de México, Gustavo Díaz Ordaz, quien más tarde reconoció su responsabilidad en la masacre. 

“El Estado mexicano ofrece una sentida disculpa pública a todas las personas que perdieron a un ser querido o a quienes fueron víctimas de los crímenes de lesa humanidad cometidos la noche del 2 de octubre de 1968. Hechos como este no pueden volver a repetirse”. 

Por su parte, la consejera Jurídica de Presidencia, Ernestina Godoy Ramos, detalló que la disculpa pública, es para contribuir a la verdad y la preservación de la memoria histórica.

Posteriormente, la Segob publicó en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el acuerdo por el que se reconoce “políticamente que los actos de violencia gubernamental perpetrados el 2 de octubre de 1968, en contra de integrantes del Heroico Movimiento Estudiantil, fueron constitutivos de un crimen de lesa humanidad”.

El artículo tercero del Acuerdo, señala que en nombre y representación del Estado Mexicano, el Ejecutivo Federal “se compromete a garantizar la no repetición de atrocidades como a las que se refiere el presente acuerdo; actos de represión, actos de privación ilegal de la libertad, uso de las fuerzas armadas contra la población, utilización de cárceles clandestinas, desapariciones forzadas, torturas u otros tratos crueles, inhumanos o degradantes, o a la anuencia del Estado para destruir o exterminar a un grupo de la población mexicana”.