El Premio Nobel de Medicina recayó este año en los investigadores estadounidenses Victor Ambros y Gary Ruvkun por su hallazgo del microARN, un nuevo tipo de molécula ARN minúscula que tiene un papel crucial en la regulación de la actividad de los genes.
Los microARN “tienen una importancia fundamental para el desarrollo y el funcionamiento de los organismos”, dijo el jurado de la Academia sueca en un comunicado.
“Una alteración de la regulación de los genes puede causar enfermedades graves, como el cáncer, la diabetes o la autoinmunidad. Por eso, comprender la regulación de la actividad de los genes es un objetivo importante desde hace varias décadas”, añadió.
Ambros, de 70 años, es biólogo en la Massachusetts Medical School, y Ruvkun, de 72, es profesor de genética en la Harvard Medical School.
“¡Es increíble!”, dijo por teléfono Ruvkun a AFP, tras conocer la noticia, mientras su perro ladraba frente a la puerta de la casa, donde llegaban otros periodistas.
El investigador precisó que con Ambros eran “amigos desde hace años”: “Es algo magnífico y vamos a celebrarlo como locos”, agregó.
El segundo laureado, su compatriota Víctor Ambros, mostró el mismo entusiasmo. “¡Guau! ¡Es increíble! No lo sabía”, dijo a la radio pública sueca SR que le dio la buena noticia, dado que el jurado no había logrado contactarlo antes.