El desafío autoimpuesto por la jefa de Gobierno, Clara Brugada, es del tamaño de su capacidad de empatía social: en la principal plaza pública del país inició su “gobierno ciudadano” con la totalidad del primer equipo de su Gobierno para atender personal y puntualmente pendientes de la comunidad.

Otro reto fundamental en la coyuntura nacional fue colocado ante la opinión pública por la presidenta Claudia Sheinbaum en voz del secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch: atención a las causas, consolidación de la Guardia Nacional, fortalecimiento de la inteligencia y la investigación, así como la indispensable coordinación para disminuir incidencia delictiva, especialmente agravada en las últimas fechas por la delincuencia organizada.

Ni Brugada ni Sheinbaum se niegan a sus respectivas responsabilidades donde la comunidad segura debe ser ampliada en lo estatal y lo nacional.

Como ciudadana, representante comunitaria, legisladora o gobernante, ya fuera de la alcaldía más poblada de la capital nacional, Iztapalapa, y ahora como jefa de Gobierno, Brugada revela precisión operativa y estratégica para acercarse a quienes más lo necesitan. Y le dice a todas y todos de su gabinete: “Aquí nadie se escapa de cumplir”. Sheinbaum anuncia una lógica de precisión impulsada antes en la capital nacional con resultados deseables para todo el país. Nada sencillo. Y que nadie se esconda de generar resultados.

Con la presencia en las zonas afectadas por las lluvias del fin de semana en Xochimilco y Milpa Alta como antecedente inmediato, se exhibe ahora un programa de trabajo con la gente, disponible todos los martes durante al menos tres horas: el Zócalo de Gobierno Ciudadano.

La ruta de vida de Brugada es ejemplo de la búsqueda constante por hacerse escuchar. Ahora, desde la jefatura de Gobierno plantea una estrategia de acercamiento para la construcción de una ciudad donde la prioridad son las personas más marginadas. “Arriba los de abajo”, en una frase reactualizada por Pablo Yanes para el contexto del gobierno de la CDMX.

La gente se moviliza cuando no es escuchada o no encuentra respuesta a sus demandas. Todo Gobierno debe anticiparse, ese es el espíritu del programa de Brugada y el de seguridad de Sheinbaum.

La necesidad ciudadana de ser escuchados y la voluntad para contribuir en la construcción de una ciudad mejor y de un país parecido al resultado de las mejores prácticas en la CDMX son espacio de una nueva interacción política. La política social y la de seguridad confluyen o se impide el avance contra los delincuentes.

En el Zócalo ciudadano, Brugada apuesta por gobierno a ras de piso popular y Sheinbaum adelanta su visión sistemática a favor de una plaza nacional segura para todas y todos lo cual es improbable que suceda sin intervención ciudadana a favor de la denuncia y alejada de la naturalización de la delincuencia.

 

      @guerrerochipres