Hay algunos elementos.

 

Se cumple nuestro adelanto del 30 de septiembre.

 

A diferencia de la composición de José Alfredo Jiménez, en la interpretación popularizada por Javier Solís, el ejercicio del poder de Claudia Sheinbaum muestra crecientes diferencias.

 

Las primeras.

 

Aquel día, aun antes de tomar el poder, la Presidenta programó su primera gira para evaluar los daños del huracán John en Acapulco -a donde no fue su predecesor y tutor- y varios municipios más de Guerrero.

 

Distinto a Andrés Manuel López Obrador, quien no visitó a sus paisanos en las inundaciones tabasqueñas de 2020 para no enfermarse.

 

En 2021 en la Línea 12 del Metro para acabar “con ese estilo demagógico e hipócrita” de tomarse fotos con las víctimas y sus familiares y mandar “al carajo” ese estilo del conservadurismo.

 

Y en 2023 para no poner en riesgo “la investidura presidencial”.

 

Al contrario, su sucesora lleva tres visitas a la entidad de Evelyn Salgado, ha ordenado un inventario general de afectados e infraestructura dañada para atender de fondo la tragedia del huracán John… y lo no atendido por su predecesor en el huracán Otis.

 

CON LA BANDA…

 

Ya ha adoptado Acapulco.

 

Pero no es el único cambio con el tabasqueño.

 

Claudia Sheinbaum borró la pausa marcada con el embajador estadounidense Ken Salazar por advertir sobre los riesgos en la confianza de inversionistas y la vigencia del T-MEC por la reforma judicial.

 

Y lo puso en orden.

 

El diplomático no tendrá más derecho de picaporte en Palacio Nacional y todos los temas bilaterales serán tratados donde debe ser, en la Secretaría de Relaciones Exteriores de Juan Ramón de la Fuente.

 

Por si fuera poco, ella ha ahondado las diferencias con el Reino de España.

 

De plano rechazó la hispanidad y el hallazgo del llamado Nuevo Continente porque, expresó el 12 de octubre, Cristóbal Colón no descubrió México porque ya existía (¿…?) antes de 1492.

 

Lo dicho por muchos analistas: con la banda presidencial los conoceréis.

 

LA BAJA DE MC

 

Dos semanas atrás tomó posesión Adrián de la Garza.

 

Ganó la presidencia municipal de Monterrey a ese fenómeno mediático formado por el gobernador Samuel García y su esposa Mariana Rodríguez.

 

El hecho tuvo poco eco en medios pero puede marcar un paso más en el debilitamiento de Movimiento Ciudadano, porque en la elección pasada ese partido no obtuvo mayoría en el Congreso local.

 

Vaya, ni Luis Donaldo Colosio logró la ansiada elección directa al Senado de la República, en cuyo triunfo iba también la esperanza por un escaño del dueño de MC, Dante Delgado.

 

No sólo hubo esas malas noticias.

 

En Jalisco también continuó su debilitamiento con sólo una diputación federal y dura pelea de Morena por la gubernatura y la alcaldía tapatía, al grado de ir al rescate el Trife de sus candidatos.

 

Sólo ellos saben si fue en premio a prestar la ausencia del senador Daniel Barreda cuando el oficialismo necesitaba un voto para aprobar la reforma judicial, empeño al cual también contribuyeron los Yunes, Miguel Ángel padre y Miguel Ángel hijo.

 

Aun así, con sus dos estados a la baja, MC se promueve como la opción al morenismo.

 

     @urenajose1

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