Al menos 30 integrantes del Movimiento LIDER del Partido Revolucionario Institucional (PRI) se deslindaron de la dirigencia nacional de su partido y se separaron “de las acciones y decisiones de esa ilegítima dirigencia”.
Esto “porque consideramos que conducen al partido a la condición de una franquicia electoral al servicio de una facción sin identidad ideológica ni programática con los principios que le dieron origen y rumbo”.
Después de la sentencia dictada por la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, que declara la validez de la XXIV Asamblea Nacional del PRI y, por tanto, la reelección de Alejandro Moreno como presidente del Comité Ejecutivo Nacional, la corriente LIDER consideró que el PRI lo conforma su militancia y por lo tanto, “no puede quedar secuestrado en la voluntad de una sola persona o de un grupo ni mucho menos podemos aceptar que quede reducido a la penosa calidad de organización satélite”.
Priistas como José Encarnación Alfaro, Alejandro Mares, Miguel Borge, Adolfo Toledo, Alfredo Ferrari, entre otros, advirtieron que mantienen su condición “como organización ciudadana, con el objetivo de fortalecer el régimen democrático en el País y construir opciones de participación en la vida política de la República, al lado de otras expresiones organizadas de la sociedad civil”.
Reiteraron que son una Corriente Nacional de Opinión constituida en 2018 con el propósito de impulsar la necesaria refundación del PRI frente a los resultados electorales de ese año, en el que perdieron la Presidencia de la República y que demostraron el agotamiento de estructuras, programas y estrategias políticas del Partido.
A través de un pronunciamiento, refirieron que tienen presencia y representación en todo el país y que durante más de un lustro han combatido “los excesos y desviaciones de la dirigencia nacional, que se ha negado reiteradamente a iniciar el urgente y necesario proceso de refundación partidista”.
Resultados catastróficos
Exdirigentes del tricolor señalaron que en la pasada elección del 2 de junio, el PRI obtuvo los peores resultados de su historia, pues apenas consiguió 5 millones 700 mil votos, frente a los casi nueve millones que alcanzó en 2021, es decir, en tres años perdió más de tres millones de votos.
El PRI pasó de tener el 17 por ciento de la votación en 2021, al 9.5 por ciento en 2024, superado por tres partidos, Morena, PAN y MC.; y en el Congreso de la Unión quedó en condición de intrascendencia como la quinta fuerza legislativa.