Con el voto en contra de la oposición, la mayoría calificada de Morena y aliados legislativos aprobaron con 86 votos a favor, 39 en contra y una abstención, la reforma constitucional que permite a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y a Petróleos Mexicanos (Pemex) dejar de ser empresas productivas del Estado para ser, nuevamente, públicas.
La reforma establece que Pemex y CFE tendrán prevalencia sobre las privadas, y en el caso de la generación de electricidad, el Estado podrá tener hasta 54% del mercado y el restante 46% será para la iniciativa privada.
Además señala que no constituirá monopolios las funciones que el Estado ejerza de manera exclusiva en las áreas de litio y servicio de internet que se provea.
Al argumentar el dictamen el presidente de la Comisión de Puntos Constitucionales, Óscar Cantón Zetina, dijo que la reforma busca que el litio, la electricidad, los hidrocarburos y el Internet no sean objeto de especulación y acaparamiento por intereses privados, sino bienes y recursos al servicio del desarrollo nacional.
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En tanto, el presidente de la Comisión de Estudios Legislativos, Enrique Inzunza dijo que con este cambio, el Estado queda a cargo de la transición energética, comprometiéndose con ello a utilizar de manera sustentable todas las fuentes de energía disponibles, para reducir emisiones de gases de efecto invernadero, sobre todo, cuando México es uno de los países con mayores emisiones de dióxido de carbono en América Latina.
El dictamen tuvo la presentación de 32 votos particulares y una moción suspensiva que fue rechazada.
Se modifica los artículos 25, 27 y 28 de la Carta Magna, para derogar la reforma energética aprobada en 2013 e impulsada por el expresidente Enrique Peña Nieto.
Precisa que no constituirán monopolios las funciones que el Estado ejerza de manera exclusiva en áreas estratégicas como el litio y el servicio de Internet que éste provea, ni la planeación y el control del sistema eléctrico nacional, cuyos objetivos serán preservar la seguridad y autosuficiencia energética de la nación, y proveer al pueblo de la electricidad al menor precio posible.
Además, dispone que las leyes determinarán la forma en que los particulares podrán participar en las demás actividades de la industria eléctrica, que en ningún caso tendrán prevalencia sobre la empresa pública del Estado, cuya esencia es cumplir con su responsabilidad social y garantizar la continuidad y accesibilidad del servicio público de electricidad.
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En materia de litio no se entregarán concesiones.
La oposición cuestionó la nueva estatización de Pemex y la CFE, que regresen a ser otra vez monopolios sociales, pues con esta reforma no serán soberanas ni independientes.
El senador del PAN, Mario Vázquez dijo que la reforma lo que busca el “generar una sangría permanente” a las finanzas del Estado y no busca que los precios de los combustibles y energía eléctrica disminuyan y tampoco impulsará la generación de energías limpias.
La senadora del PRI, Mely Romero reconoció que la reforma del 2013 que critica el oficialismo, “no fue perfecta, pero justamente buscó que situaciones como las que ya he mencionado no afectaran a la ciudadanía, que las mexicanas y mexicanos no tuviesen que pagar consecuencias de empresas estatales no sustentables. Se ha satanizado la reforma, pero México había revitalizado su infraestructura energética”, refirió.
El coordinador de los senadores de Movimiento Ciudadano (MC), Clemente Castañeda, recordó a los morenistas que la Presidenta de México, Claudia Sheinbaum, prometió durante su campaña que priorizaría la generación de electricidad mediante fuentes limpias rumbo a la descarbonización del sistema.
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“Y en un inicio la iniciativa enviada durante la pasada administración obligaba al Estado en el artículo 27 constitucional a quedar a cargo de la transición energética y utilizar de manera sustentable todas las fuentes de energía de las que dispone la nación con el fin de reducir las emisiones de gases y componentes de Efecto Invernadero. No obstante, esta disposición fue eliminada en la Cámara de Diputados”, reprochó.
El senador del Partido Virgilio Mendoza dijo que durante el período neoliberal y especialmente en los sexenios de Felipe Calderón y Enrique Peña, México inició la modernización del sector energético, “abriendo paso a las nuevas tecnologías para la extracción y transformación de hidrocarburos, así como para la diversificación de la matriz de generación eléctrica con fuentes limpias y renovables. Sin embargo, esta apertura en el sector energético se realizó de manera desordenada, privilegiando a las empresas particulares y a los intereses extranjeros”.
La discusión del dictamen continúa en lo particular.
LEO