Tras ser laureada con el Nobel de Literatura y decidir no celebrar, la escritora Han Kang fue increpada por John Banville.
Foto: Especial. Tras ser laureada con el Nobel de Literatura y decidir no celebrar, la escritora Han Kang fue increpada por John Banville.  

El martes pasado, en un encuentro con periodistas en el Museo del Prado, el escritor John Banville expresó su descontento con el accionar de la recién laureada con el Nobel de Literatura, Han Kang, al considerar como “idiota e infantil” la decisión de la surcoreana por no festejar el premio. 

En palabras del padre de Kang, el también novelista Han Seung-won, ella decidió no festejar su galardón ni hacer ninguna aparición en los medios en tanto haya conflictos bélicos en el mundo. Ante ello, el novelista irlandés aseguró que “deberían recuperar” el Nobel de Literatura.

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Añadió, además, según lo recogido por agencia española EFE durante la segunda edición de la Residencia Internacional de Escritores “Escribir el Prado”, que “ella hizo el ridículo” por haber tomado esa decisión de no celebrar ni posicionarse. Entonces también aprovechó para confesar que no había leído ningún libro de la también ganadora del premio Booker.

“El punto es que los artistas tienen la responsabilidad de ser responsables en el mundo y no hacer declaraciones estúpidas, no ser infantiles ni indulgentes. Somos simplemente humanos, seres corrientes como los demás, pero representamos un gran proyecto humano, que es el proyecto de arte y depende de nosotros mantenerlo”, agregó el autor de El libro de las pruebas, según el registro de Europa Press.

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Asimismo reconoció que no lee cualquier cosa. “A mi edad sólo releo o leo cosas nuevas muy buenas”, señaló. Luego insistió en que “los escritores no tenemos que ser solemnes, pero sí tenemos que ser serios”, sólo para espetar luego lo que ya anticipaban sus comentarios alejados de la serenidad: “Ya me he condenado a la controversia”. 

Sobre la celebración de la autora de La vegetariana –que se encuentra a poco más de un mes de publicar Imposible decir adiós, su nueva novela–, seguimos teniendo el único registro que se obtuvo con la llamada que le hicieron desde Suecia: que tomaría un té con su hijo y lo “celebraría serenamente”. Abonando así con fuerza a lo que compartió su mismo padre: que la Academia Sueca no le había dado este premio para disfrutarlo, “sino para mantenernos más lúcidos”.

Con información de EFE y Europa Press.