En una cumbre celebrada en Bruselas, Bélgica, los países del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) y la Unión Europea (UE) hicieron un llamado urgente a frenar la escalada de tensiones en Medio Oriente. La reunión, que contó con la presencia del príncipe heredero saudita, Mohamed bin Salmán, se centró en la necesidad de evitar un conflicto regional mayor.
En un comunicado conjunto, se instó a todas las partes a ejercer moderación y participar en esfuerzos diplomáticos internacionales para detener el ciclo de violencia en curso. El jefe de la diplomacia de la UE, Josep Borrell, destacó como prioridad un cese del fuego inmediato, la liberación de rehenes y el acceso humanitario a Gaza y Líbano.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, enfatizó la importancia de movilizar habilidades diplomáticas para detener la escalada del conflicto. Por su parte, el emir de Catar, Tamim bin Hamad Al Thani, condenó la guerra de Israel y pidió soluciones que aborden la causa palestina.
A pesar de las diferencias en temas como la guerra en Ucrania, los líderes coincidieron en la necesidad de estabilizar la región. Las conversaciones también abordaron comercio, energía y cambio climático, pero la situación en Medio Oriente dominó la agenda, con más de mil 300 muertos en Líbano desde finales de septiembre.