Llegas a la reunión con los altos mandos del Gobierno federal. Te explican que van a despedir a todos los jueces y magistrados, en dos tandas, y luego a los de la Suprema Corte. Unos el año que viene, el resto en 2027, puntualizan. Preguntas cuál fue el criterio para  despedirlos. Que si se revisó caso por caso o qué onda. Que si tienen carpetas que documenten ejemplos de corrupción, ineficacia, y así. Que si resultó que todas las “personas juzgadoras”, de la primera a la última, resultaron culpables.

Te dicen que, aparte de la iniciativa del presidente anterior, apoyada por todo su gabinete, el actual, las cámaras y la nueva Presidenta, el criterio fue una tómbola. Literal una tómbola, sí. ¿Perdón? Ah, es una tradición de las ferias populares en nuestro México. En un recipiente que da vueltas, se meten unas pelotitas con los nombres o números que concursan. ¿Cómo? En el Senado, efectivamente.

Preguntas que quién va a elegir a los nuevos jueces. Te dicen que una votación. Somos un movimiento democrático. Pero, ¿quiénes van a poner los nombres que van a aparecer en las boletas?, preguntas ya nervioso.

El movimiento, te contestan. O sea, con todo respeto, ¿ustedes?, reviras, incluso un poco más nervioso. Bueno, sí, como representantes del movimiento, que a su vez es una representación del pueblo. Te acuerdas de que el Presidente anterior dijo que ya no se pertenecía. Que se había asimilado al pueblo, mientras se echaba lo que te pareció un tlacoyo, y la inquietud se te alebresta otro poco todavía. Bueno, se te alebresta más que un poco. Luego te dicen que el Estado de derecho está garantizado, que se respetarán las leyes, que esto es parte de la lucha contra la corrupción y que tus inversiones estarán más seguras que en un banco suizo.

Enseguida, pides que te aclaren lo del INAI. Te dicen que todo tranqui. Aquí lo de monitorear la transparencia del Gobierno lo va a hacer la Secretaría de la Función Pública, o sea… El Gobierno. Preguntas si en la Función Pública no está la misma persona que el sexenio pasado le sacó impuestos con sacacorchos al empresariado, hasta por adelantado en algún caso, y te responden que ya que lo pregunta, sí.

Sales de la reunión confirmando a gritos tu interés en invertir en un país tan vibrante, tan sólido económicamente, tan pleno de garantías, sin rehuir a los reporteros, sonriente.

Ya en la intimidad, te permites un whisky y un puro mientras piensas si la lana la mandas a Costa Rica, a Madrid o la dejas en Iowa, gane quien gane la elección.

 

      @juliopatan09