Yard Act, o un acto estridente en favor de la libertad
Foto: Demian García La banda originaria de Leeds en su primer headline show en la capital mexicana.  

Tras debutar en México en 2023 con una presentación en el festival Corona Capital, a menos de un año de distancia, Yard Act volvió al país para apoderarse del Foro Puebla en la Ciudad de México con su primer show en solitario.

En punto de las 21:00 horas, luego de un set de la dj mexicana violetdny, la banda originaria de Leeds, Reino Unido tomó el escenario para tocar un un setlist que apenas rebasó las 15 canciones, que sonaron una tras otra, sin pausas más allá de las hechas por el frontman para interactuar con el público y agradecer a todas y todos por estar presentes.

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Auspiciados por ese espíritu clásico que habita, consciente o inconscientemente, en algunos los proyectos más noveles de Inglaterra, incluido el suyo, comenzaron a sonar con estridencia los instrumentos y las voces de los ingleses, lideradas, indudablemente, por un James Smith en el que parecen renacer las figuras de íconos como Jarvis Cooker e Iggy Pop, con la frescura que permite la idiosincrasia de una banda que trae en su sangre ese halo combativo.

Contrario a lo que pudiera pensarse, acaso también por los tópicos que Yard Act narra en sus canciones —justicia social, existencialismo, gentrificación, capitalismo–, ese bagaje clásico –dígase el hip-hop noventero o el indie rock– no eclipsa su autenticidad, sino que potencializa el estilo que a lo largo de sus dos discos de estudio (“The Overload” y “Where’s My Utopia?”) han erigido.

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Comprobado, tal vez, por los altos índices de éxtasis y viveza percibidos –quizá más tarde comprobados por los otros asistentes al falso ritual– los puntos más altos del festival se vivieron cuando desde el escenario sonaron, con total ruido y elocuencia, “Land Of The Blind” y “The Overload”, dos de las canciones más representativas de Yard Act, incluidas en su álbum debut lanzado en 2022.

Asimismo sonaron canciones que han tocado, según los registros, en sus otras fechas alrededor del globo, tales como “Dream Job”, “Pay Day”, “When The Laughter Stops”, “100% Endurance”, entre otras tantas que, con ayuda del auténtico y extrovertido Smith y sus performances como declamaciones-monólogos, forman parte también del concierto, más parecido a una celebración eufórica de cierta libertad que no sólo parecemos todos merecer, mas somos parte de lo que implicar vivir ese momento.

Poco más de 80 minutos de concierto le bastaron a Needham, Russell, Shipstone, Smith y compañía para dejar claro su manifiesto estando montados en las tablas, entre reflectores, gritos y entes coreando sus canciones, así como también para convencer a todas y cada una de las personas presentes que, tal como ellos mismos dicen en una de sus canciones, descubramos que hay otros como nosotros, otros seres, otras criaturas, otros planetas con otras especies que tienen otros dioses en los cuales también creen.

MSA