La Iglesia católica condenó la iniciativa que se propuso en el Congreso de la Ciudad de México para despenalizar la interrupción del embarazo en todas sus etapas y señaló que en lugar de resolver las necesidades reales de atención en materia de salud, se generará un “mercado de abortos”.
En su editorial en el semanario Desde la Fe, advierten que este “mercado” es forzado por las circunstancias sociales de la maternidad y por la discriminación asociada, disfrazada de falsos derechos y logros de la mujer.
La Arquidiócesis Primada de México sostiene que, de acuerdo con un estudio del Diario de Psicólogos y Cirujanos Americanos de los Estados Unidos, el 58 por ciento de las mujeres que interrumpieron su embarazo, lo hicieron para hacer feliz a alguien más; mientras que el 28 por ciento lo hizo para no perder a su pareja.
“Según este estudio, los abortos en los Estados Unidos(…) se hacen como una nueva forma de sometimiento, en la cual la mujer debe sacrificar la vida de su hijo para que alguien más sea feliz, dejándole a ella las secuelas”, advierte.
Manifiesta que en datos del Centro de Prevención de Enfermedades y el Lozier Institute, después de la semana ocho de gestación, el riesgo de mortalidad aumenta 38 por ciento cada semana adicional, por lo que desmiente la afirmación de que su despenalización evitará muertes maternas, cuando el resultado es todo lo contrario.
“La unidad de análisis estadísticos STAKES, de Finlandia, documentó que una mujer que aborta voluntariamente tiene cuatro veces más posibilidades de morir en el transcurso de un año después del suceso”, indicó.
En México no contamos con este tipo de estudios y las legislaciones en esta materia se han realizado usando estadísticas falsas, sofismas y posiciones ideológicas que se niegan a dialogar con la ciencia, subraya.